David Herrero / ICAL
Por una comunicación integradora. Las personas con discapacidad auditiva se enfrentan día a día a un sinfín de barreras, tanto sociales como comunicativas, de ahí la importancia de extender la lengua de signos en la sociedad como un elemento diario más. Para ayudar a este colectivo, la Diputación de Palencia subvenciona, a través de convenios de colaboración con el Centro Cultural de Personas Sordas, una serie de cursos para aprender la lengua de signos y avanzar hasta la plena independencia.
Ya sea por interés personal o por necesidad de saber comunicarse con personas con discapacidad auditiva en el ámbito laboral o personal. En todos ellos se prima a la población de la provincial con gran aceptación, dado que hay lista de espera para acceder, señala a la Agencia Ical la especialista en Lengua de Signos, Helena Aparicio.
La lengua de signos “es igual que otra cualquiera, como el inglés o el castellano, al tener gramática, sintaxis y un rico vocabulario, ya que mucha gente se piensa que es mímica”. Es decir, que tiene diferentes niveles, desde los conocimientos básicos para poder desenvolverse en situaciones cotidianas hasta ámbitos más profesionales. Aclara que “no es fácil y que tiene la misma dificultad que otra lengua”.
Estructura lingüística
Explica que se parte de una estructura determinada y visual, con la partícula interrogativa y los verbos colocados al final. Además, no solo cobran importancia las manos, sino que se requiere una expresión corporal y facial, que se complementa con la parte oral en un conjunto, que se ve afectada por el uso de la mascarilla, traslada.
Dentro del Marco Europeo, los diversos niveles poseen diferentes horas. Aunque, dejando a un lado las clases y el tiempo en cuestión, Aparicio puntualiza que una persona ha aprendido la lengua de signos “cuando sabe defenderse y entablar una conversación con un ciudadano sordo”.
La propia experta es sorda de nacimiento, aunque la operaron a los 18 meses y la implantaron un implante coclear, la primera en toda Palencia. “Mis padres hicieron un gran trabajo desde pequeña, al enseñarme a crecer en la lengua oral”. Aun así, reconoce que sintió la necesidad de querer comunicarse con las personas sordas, motivo por el que la aprendió como identidad lingüística.
En el apartado infantil, detalla a Ical que la mayoría de niños sordos nacen en familias oyentes, las cuales “no se lo esperan, por lo que no saben qué hacer”. Y es que, para un desarrollo completo e integral de un niño, “es necesario una perfecta y satisfactoria comunicación dentro del ámbito familiar”.
Por ello, recalca que la lengua de signos, “en edades tempranas, es tan importante para lograr un desarrollo cognitivo pleno y poder sentar las bases para aprender, posteriormente, la lengua oral”.
Trabajo diario
El Centro Cultural de Personas Sordas de Palencia cuenta, actualmente, unos 60 asociados, con programas que se llevan desarrollando muchos años para mantener a los socios unidos y revindicar la necesidad de eliminar las barreras de comunicación, así como atender a todos los integrantes del colectivo con discapacidad auditiva, desgrana su secretario general, Mauricio García.
Gracias a Iluminada Sanz, otra intérprete, García detalla a Ical que hay diferentes aspectos en los que trabajan, como el servicio de intérpretes de lengua de signos, de la mano de una prestación “para la vida diaria para atender a las personas en cualquier ámbito”.
En las entidades bancarias, en el médico o en otras acciones para poder acceder en igualdad de condiciones, añade. Además, se establecen cursos de formación, como se ha explicado anteriormente, así como de apoyo a las familias. Y es que, el convenio suscrito con la Diputación de Palencia “es una de las acciones más importantes, ya que posibilita la atención a toda la población en una doble vía”.
Es decir, “fomentar la lengua de signos y el aprendizaje en la juventud de la provincia, al igual en los mayores, y también que las personas con discapacidad auditiva puedan estar atendidas y acceder a la información en todos los lugares, puntualiza.
Recalca que el apoyo institucional “es clave para su funcionamiento y para poder ofrecer un servicio de calidad a todas las personas sordas”, con el objetivo de mejorar su día a día para desenvolverse sin barreras comunicativas.
Romper barreras
La pandemia está siendo “horrible” para este colectivo, ya que necesitan acceder a la información que transmite una expresión facial y una vocalización, pero la mascarilla imposibilita todo ello y que, por ende, se entienda. “Estamos perdiendo muchas oportunidades que antes podíamos hacer solos” apostilla.
Subraya que se están colocando más barreras de las que había y “se producen muchos fallos por no poder acceder a la información”. "La mascarilla no está adaptada". Aunque se habla de la transparente, asegura que ellos no tienen esas unidades homologadas, porque “no vale cualquiera”.
“Deben de ser seguras y eficaces”, razón por la que siguen esperando a un medio de protección adecuado y óptimo, el cual, según el Ministerio de Sanidad, habían logrado. Aun así, el “tiempo pasa y cuenta”, reitera García.
Señala que en Palencia encuentran muchas otras barreras, más si cabe con la crisis sanitaria. En el ámbito sanitario tienen muchos problemas, porque no les dejan bajarse la mascarilla para leer la expresión labial, por ejemplo.
En otras ocasiones, no les dejan acceder a las instalaciones con un intérprete, por lo que la persona sorda tiene muchos problemas y dificultades para entender las explicaciones facultativas. Aunque se explica su condición y problemática, “todo depende de la barrera mental del personal que haya en ese momento”.
Peticiones del colectivo
El secretario general del Centro pide mayor colaboración de los medios de comunicación, ya que el único informativo accesible para este colectivo es el del canal 24 Horas de TVE. Además, apunta que no es suficiente el tamaño de la ventana para verlo, quien deja claro que "es triste tener que esperar a ese canal para enterarse de lo que pasa en el mundo".
Es importante que todos los medios de comunicación fueran accesibles, tanto a nivel nacional, regional y local, y de una manera universal, tanto con subtítulos como con una ventana de interpretación.
Y es que, la accesibilidad, en ocasiones, se limita a ese subtitulado, pero muchas personas no comprenden bien esa lectura y su comunicación se cimenta totalmente en la lengua de signos. “Tenemos derechos a emocionarnos y estar informados, porque nos da seguridad. Sin esa accesibilidad no sabemos si estamos ante un momento grave o un hecho positivo para la sociedad”. “Nos gusta saber lo que pasa”, comenta.
Desde el Centro Cultural de Personas Sordas de Palencia reivindican la implantación de esta lengua en la sociedad, con el fin de que ciertos servicios y sectores esenciales obtengan nociones básicas para que, de manera progresiva, se extienda a todo el mundo. Incluso en los colegios, como “asignatura integradora”.
García afirma que se necesitaría aumentar el número de profesionales intérpretes y ampliar el horario de atención, porque cada vez hay más personas que demandan los servicios. De igual modo, en la provincia es necesario extenderlo más para poder llegar a todos los puntos. A mayores, destaca que hay muchos pequeños con discapacidad auditiva en los centros escolares que necesitan de mayores horas de atención, y evitar que se reduzca dicha atención, asevera.