Universidad y Salamanca son dos términos que van de la mano desde hace más de ocho siglos a orillas del Tormes, pues quiso la historia que desde 1218, en tiempos del medievo, este lugar concentre conocimiento y ciencia, desarrollo y futuro y sea hoy en día, centro de creación del conocimiento no sólo en España sino en Europa y en Iberoamérica.

Así se gestó una universidad que presume de ser la más antigua de España, una de las más veteranas de Europa y 'alma mater' de las que después abrieron sus puertas en Iberoamérica, en los siglos XVI y XVII creando entre ambas orillas un puente del conocimiento que sigue vigente.

Ocho siglos dan para mucho y por su aulas han pasado personalidades que han marcado el devenir histórico de una universidad que surgió de la voluntad de Alfonso IX de León, en 1218, y fue unos años más tarde, cuando en 1225 Alejandro IV publica las bulas pontificias que reconocen la validez universal de los grados por ella otorgados y se le concede el privilegio de tener sello propio.

Por su claustro de docentes pasaron Francisco de Vitoria, uno de los padres de la aclamada 'Escuela de Salamanca', Domingo de Soto, Fray Luis de León o, ya en tiempos más recientes, no tan pretéritos, su rector más conocido, Miguel de Unamuno.

A todos estos nombres se suman universitarios como San Juan de la Cruz, Góngora, Calderón de la Barca, Abraham Zacut o Elio Antonio de Nebrija, junto a otros ya de la historia reciente como Adolfo Suárez o Francisco Tomás y Valiente.

La USAL también fue pionera en el paso al frente de la mujer, en su mirada y en la búsqueda de la igualdad.

Como ejemplo, ya en los siglos XV-XVI, las enseñanzas de Luisa de Medrano o la también notable presencia de Beatriz Galindo 'La Latina'.

ENTREGA A LA SOCIEDAD



Más de ocho siglos han servido para aportar a la sociedad generaciones y generaciones de conocimiento y aportaciones concretas que han dejado huella histórica.

Por ejemplo, contribuciones del calibre de la primera gramática española, el derecho de gentes o el calendario que marca el tiempo del mundo, pues las aportaciones que llegaron a Roma desde la USAL fueron claves para adoptar los 365 días por año con un bisiesto cada cuatro - el conocido calendario gregoriano-.

La biblioteca histórica de la USAL también es garante de no pocas obras escritas de relevancia internacional que se gestaron a orillas del Tormes, por académicos o estudiantes del Estudio salmantino.

A esas aportaciones que han servido para abrir caminos de conocimiento e investigación se suman los pasos que en ella se siguen dando, son aquellos que llegan del impulso de sus profesores, sus investigadores o sus alumnos que trabajan en campos tan importantes para el futuro el desarrollo y en análisis de la lengua o del derecho internacional o el avance en nuevos fármacos ante el cáncer o en la secuenciación que en sus laboratorios se hace de las nuevas cepas de la Covid-19.