Investigadores del Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca, dependiente de la Universidad de Salamanca (USAL) y del CSIC, y del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, vinculados al consorcio Ciberonc, han demostrado que el uso de MZ1 con trastuzumab disminuye la proliferación de las células cancerígenas y el volumen tumoral.

Este nuevo estudio, publicado en la publicación 'Journal of Experimental and Clinical Cancer Research', sugiere la eficacia de MZ1 para este subtipo de cáncer de mama y su mayor efecto en combinación con trastuzumab.

En concreto, el uso combinado del fármaco MZ-1, perteneciente a una nueva familia de medicamentos que actúan contra proteínas implicadas en el crecimiento tumoral, aumenta la eficacia del tratamiento con trastuzumab en los tumores de mama HER2 positivo (HER2+).

Así lo ha demostrado el estudio liderado por los investigadores Atanasio Pandiella, del CSIC que trabaja en el Centro de Investigación del Cáncer (USAL-CSIC), y Alberto Ocaña, del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.

El cáncer de mama HER2+ es una subclase de tumor mamario caracterizado por la presencia de la proteína HER2 que afecta a una de cada cinco pacientes diagnosticadas con este tipo de neoplasias.

El tratamiento de elección para estos tumores HER2+ consiste en la administración de un anticuerpo, denominado trastuzumab, dirigido contra la proteína HER2. Sin embargo, a pesar de que trastuzumab es "muy eficaz", algunos casos "no responden a dicho tratamiento", han explicado.



"NUEVAS ESTRATEGIAS"



Por esta razón, "es importante desarrollar nuevas estrategias que permitan aumentar la eficacia de esta terapia". En este camino, la identificación de fármacos que puedan actuar de manera sinérgica con trastuzumab para mejorar el efecto antitumoral es "un foco de gran interés para la investigación oncológica".

"Algunas combinaciones que utilizan trastuzumab como columna vertebral ya han conseguido aumentar la supervivencia de las pacientes", han señalado los investigadores a través de la Universidad de Salamanca.

La búsqueda de otras combinaciones nuevas y eficaces ha sido el objetivo de este estudio desarrollado por los grupos de investigación del Ciberonc dirigidos por Alberto Ocaña y Atanasio Pandiella, que se ha centrado en "analizar la posible acción sinérgica entre trastuzumab y MZ1, partiendo de la hipótesis de que la acción antitumoral de ambos compuestos podría ser superior a la de los tratamientos individuales".

En cuanto a MZ1, la USAL ha reseñado que pertenece a un nuevo tipo de fármacos denominados PROTACs que actúan sobre ciertas proteínas celulares y provocan su eliminación. Si la proteína es importante para el desarrollo del tumor, su eliminación puede tener "un efecto beneficioso".

En el caso de MZ1, el objetivo de este fármaco es atacar a proteínas BET, que controlan la producción de otras proteínas que participan en el crecimiento de los tumores, al inhibir esas proteínas y promover su eliminación.

RESULTADOS



Los resultados de esta investigación han confirmado, en primer lugar, "una clara actividad antiproliferativa" de MZ1 en las células que sobreexpresan HER2, lo que sugiere que este fármaco es "un agente activo en este subtipo de cáncer de mama".

Además, este efecto ha aumentado cuando se ha administrado en combinación con trastuzumab, con refuerzo de su acción antitumoral. "La combinación pudo disminuir el tamaño de tumores mamarios HER2 positivos generados en modelos de laboratorio, y de una manera más eficaz que cada uno de los fármacos por separado", ha explicado Atanasio Pandiella, uno de los coordinadores de este trabajo.

Por un lado, la combinación de ambos agentes ha conseguido inducir la apoptosis (muerte celular) de las células cancerígenas de manera "más eficaz" que su administración por separado. Además, la reducción del crecimiento tumoral ha sido mayor también con la terapia combinada.

"Estos estudios abren la posibilidad de acercar estas estrategias a la práctica clínica para mejorar el tratamiento de tumores HER2 positivos", han concluido los investigadores.

Este trabajo, realizado por los grupos de investigación de Alberto Ocaña (Hospital Clínico San Carlos de Madrid) y Atanasio Pandiella (Centro de Investigación del Cáncer, CIC-IBMCC; Universidad de Salamanca-CSIC), ha recibido apoyo económico del consorcio Ciberonc del Instituto de Salud Carlos III, así como de varias entidades privadas como la Fundación CRIS.