N.M.J / ICAL
Pese a llevar más de un año en ‘stand by’ debido a la situación sanitaria por la pandemia del coronavirus, la Asociación para el Desarrollo Rural Integral de la Ribera del Duero Burgalesa (ADRI) no pierde la ilusión y las ganas de seguir trabajando para continuar poniendo en valor y visibilizar el mundo rural de la provincia burgalesa. La iniciativa ‘¿Te enseño mi pueblo?’, galardonada con el Premio Castilla y León de Valores Humanos y Sociales, que comparte en su edición de 2020 con la Agrupación Musical de Guardo (AMGu), continúa incorporando nuevas zonas rurales con el fin de poner en valor su patrimonio y entorno, y dar a conocer a los visitantes la historia de la zona, buscando descubrir los tesoros de los pueblos burgaleses. A la lista de 16 pueblos que han pasado ya por este proceso, se incorporarán cinco más durante este 2021: Baños de Valdearados, Haza, Tórtoles de Esgueva, Gumiel de Mercado y Fuentemolinos. El gerente de este proyecto, creado a finales de 2017, Héctor Ibáñez asegura que este reconocimiento supone un “impulso” a la iniciativa y afirma que están deseando volver a retomar la actividad cuando baje el estado de alarma por la crisis sanitaria, garantizando la seguridad a todos los visitantes.
¿Qué supone para la Asociación recibir un galardón como este por el proyecto ‘¿Te enseño mi pueblo?’
Estamos muy contentos, supone un impulso al proyecto. Va destinado a esa junta directiva que ha apostado por un proyecto innovador, y sobre todo a los voluntarios, esos héroes del mundo rural que ponen de su tiempo y esfuerzo para estudiar y conocer lo que tienen sus pueblos y darlo a conocer al resto de vecinos y gente que viene de fuera del territorio.
¿Cuánta gente está colaborando con el proyecto?
Actualmente tenemos unos 36 voluntarios trabajando. Ha habido momentos que hemos sido más o menos y nos vamos adaptando a la realidad de cada persona, porque es un trabajo muy mimado con cada voluntario de cada pueblo. Aquí no es el pueblo o municipio el que entra a formar parte, sino que es el voluntario del pueblo el que, a través de su tiempo, quiere canalizar esa inquietud por hacer desarrollo rural.
¿Qué valores resaltan de este proyecto premiado por el Junta de Castilla y León?
Sobre todo, los valores sociales y humanos. El esfuerzo de los voluntarios son los que hacen realidad el proyecto; las relaciones intergeneracionales, el poner en valor el conocimiento de las personas mayores; y el conocer que realmente tenemos unas joyas escondidas en todo el patrimonio rural. A veces nos vamos a miles de kilómetros a conocer cosas interesantes en otros territorios y no conocemos lo que tenemos al lado.
¿Cree que iniciativas como esta deberían replicarse en toda la España vaciada?
Sí. Tenemos un protocolo para que sea replicable. Nuestro objetivo es que, si nuestra experiencia vale para algo, pueda ser copiada y replicada en otro territorio. Se cree siempre que las ciudades, lo cosmopolita, es lo mejor. Las ciudades tienen sus cosas buenas, pero los pueblos tienen una historia de más de 2.000 años que también es importante. Si no luchamos por conservarlo, lo vamos a perder, y esa pérdida puede ser irreparable. A través de proyectos como este se consigue poner énfasis que ser de pueblo es algo positivo, bueno, y cualquier proyecto de este tipo siempre es necesario que lo repliquemos y pongamos en valor.
El objetivo de ‘¿Te enseño mi pueblo?’ es poner en valor el patrimonio de los pueblos de la Ribera del Duero, ¿existe suficiente apoyo por parte de las Administraciones a los pueblos?
Gracias al movimiento de la España vaciada se está poniendo otra vez el foco en el mundo rural, y es importante que lo sigamos poniendo. En nuestro caso está apoyado desde el inicio por Sodebur, que es un ente público, de lo cual estamos agradecidos. No descartamos en un futuro lograr el apoyo de entes privados, pero al final creo que es una colaboración entre todos y que nos creamos que mantener el mundo rural es necesario.
La pandemia ha tocado todos los sectores, el turismo ha sido uno de los más castigados, ¿Cómo se ha visto afectada la iniciativa ‘¿Te enseño mi pueblo?’
A partir de marzo hicimos un ‘stand by’ y paralizamos las visitas. De hecho, en enero y febrero tuvimos muchas más demandas que el año anterior, parecía que íbamos a superar los 2.100 visitantes de 2019. Hemos cogido todas y cada una de las rutas y las hemos ido adaptando poco a poco a una realidad para COVID, y ahora estamos esperando a que el estado de alarma baje. Cuando lo haga, estamos preparados para lanzarnos otra vez a hacer las visitas, siempre y cuando las medidas de seguridad o el entorno de la pandemia lo permitan.
¿Cree que para verano puedan retomarse?
Estamos deseándolo, incluso esperamos que antes de verano. Los propios voluntarios están todos los días deseando que nos pongamos otra vez en marcha. Después de unos años que hemos ido poco a poco a más, los voluntarios se han ilusionado cada vez más. El parón ha supuesto un jarro de agua fría para todos y están deseando ponerse en marcha.
Con la pandemia se ha visto un incremento del turismo rural, ¿Cree que el éxito de este modelo de turismo ha venido para quedarse?
Eso espero. También es necesario que nos demos cuenta que el mundo rural existe. Se nos ha ido poco a poco educando para un determinado tipo de turismo y se nos olvidaba lo más cercano. Tenemos un turismo de una gran calidad en el medio rural. Mucha gente lo ha descubierto por primera vez, otros ya lo conocían. Espero que haya venido para quedarse. Con las restricciones y las necesidades por la pandemia no se han visto las cifras que se querían por parte de los representantes del sector turístico, pero creemos que si se ha puesto un poco más el foco en el medio rural y estamos preparados para atender con la mayor calidad posible a todo el visitantes que quiera acercarse a la ribera.
¿Cuáles son las claves para atraer al turismo rural?
Uno de ellos es la difusión. Cambiar el imaginario popular sobre lo que es el turismo rural. Es un turismo de una alta calidad. Llevamos años preparándonos para ello, y lo que ofrece ahora mismo el medio rural pocos lo pueden ofrecer. Lo importante de esto es difundirlo, darnos a conocer, que la gente lo pruebe porque los que lo hacen, repiten.
¿Los vecinos juegan un papel importante en esta recuperación de la España vaciada?
Nos hemos ido desapegando en cierta manera de la responsabilidad con nuestro entorno. En territorios como Castilla y León casi uno de cada dos personas vive en poblaciones de menos de 20.000 habitantes, uno de cada dos personas vive en un pueblo y son pueblerinos. Ser pueblerino y ser de pueblo no es algo malo, es algo positivo. Tenemos unas grandes características que tenemos que poner en valor y poner ese énfasis en lo bonito que es ser de pueblo.