La Audiencia de Valladolid se ha visto obligada a suspender el juicio que iba a celebrar este miércoles contra la protésico Milagro Tola, acusada de estafar 100.000 euros a una pareja a la que 'vendió' un falso producto bancario de "alta rentabilidad", ante la reciente muerte de la procesada.
El fallecimiento de la encausada se produjo el pasado viernes tras una larga y penosa enfermedad, de ahí que la causa contra ella quedará extinguida, tal y como aparece recogido en el Código Penal y la Ley de Enjuiciamiento Criminal, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
Fiscalía solicitaba para ella, por delito continuado de estafa, una condena de cinco años de prisión, multa de doce meses con una cuota diaria de 15 días y, en concepto de responsabilidad civil, el pago de una indemnización al matrimonio estafado por importe de 55.600 euros.
Se da la circunstancia de que Tola fue condenada en 2007 por el Juzgado de lo Penal número 1, en sentencia luego ratificada por la Audiencia de Valladolid, a un total de 20 años de cárcel como autora de siete delitos de lesiones, uno de intrusismo profesional y otro continuado de estafa cometidos contra los clientes que acudían a su consulta situada en la calle Covadonga número.
La última causa que ahora será sobreseída tiene su origen en la relación de amistad que la finada inició en 2007 con un matrimonio al que propuso efectuar una ventajosa inversión en un inexistente Programa de Inversión Financiera en un banco extranjero, con un alto índice de rentabilidad.
A tal efecto, solicitó al matrimonio una primera cantidad de 7.000 euros con la promesa de doblar su rentabilidad en un mes y que las supuestas víctimas entregaron, sin lograr dicho objetivo y sin que les fuera devuelto el dinero.
La protésico ingresó entonces en prisión en 2008, circunstancia que la acusado esgrimió entonces como principal obstáculo para no poder reintegrarles los intereses, si bien pasó una década hasta que en el verano de 2108 volvió a demandarles otros 6.600 euros para "gastos de mantenimiento" necesarios para recuperar el dinero invertido, dinero que la pareja también le entregó.
Los hechos se centran luego entre noviembre y diciembre de 2018, periodo en el que Milagros Tola comenzó a atosigar al matrimonio con nuevas solicitudes "urgentes" de dinero con inexistentes honorarios de notarios, impuestos y gastos de mantenimiento
Confiados en ella y ante la necesidad de recuperar todo el dinero invertido, los denunciantes le entregaron la suma total de 49.000 euros en metálico en la floristería que la acusada tenía en la calle Perú, no así otros 22.000 euros que a posteriori les demandó con la excusa de pagar a un notario.
Finalmente, fueron los hijos del matrimonio quienes se presentaron el 19 de enero de 2019 en la tienda de flores de la acusada para pedirle explicaciones y a cambio solo consiguieron un papel escrito y firmado con su puño en el que reconocía una deuda con sus padres de 100.0000: los 55.600 entregados, más los intereses de rentabilidad prometida y nunca entregada.