J.M.A. / ICAL
Unos 400 colombianos condenaron en la tarde de este viernes la violencia en su país desde la Plaza Mayor de Salamanca. Mediante una colorida protesta en el ágora salmantina, la comunidad instalada en la capital del Tormes exigió con incendiarias proclamas la dimisión del presidente Iván Duque. Los concentrados le acusan de reprimir a sus compatriotas tras las movilizaciones en respuesta a la propuesta de reforma tributaria que, finalmente, tuvo que revocar.
Ataviados con banderas de Colombia y camisetas de la selección colombiana de fútbol, los manifestantes lucieron pancartas reclamando el cese de las hostilidades en las calles de su país. Entre las principales reivindicaciones de los concentrados, “que se retiren las fuerzas armadas de las protestas”, “que termine la represión estatal”, “que se restaure la democracia y los derechos civiles del pueblo colombiano” y “que se respete el estado social de derecho”.
Además de las pancartas y los mensajes escritos a rotulador sobre cartones, los inmigrantes colombianos desplegaron una gran bandera en el centro de la Plaza Mayor, frente al Ayuntamiento, llenando de colorido la soleada tarde en la capital del Tormes. Las soflamas y los gritos de respuesta se intercalaron con momentos musicales durante una manifestación muy activa y participativa, por momentos, con tintes festivos.
Entre los objetivos de la concentración, según su portavoz, Alexandra Camargo, estudiante de máster en la Universidad de Salamanca, “visibilizar el atropello a los derechos humanos en el marco de las movilizaciones sociales”, así como "protestar contra una reforma tributaria que ha servido como la excusa perfecta para sembrar terror y destapar el nivel de corrupción en el que vive el pueblo colombiano”.
Camargo destacó que aunque se encuentren lejos de su tierra, no se olvidan de ella. “Sabemos que los medios de comunicación colombianos no están mostrando la realidad del país, ya que las grandes cadenas de comunicación pertenecen a selectivos grupos de la élite política. Pero, afortunadamente, las redes sociales han sido una gran ayuda para expandir y dejar de silenciar las atrocidades que hace el ESMAD y la Policía, matando a civiles, apagando sus voces y violando los derechos humanos”, concluyó.