El consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús Julio Carnero ha agradecido la labor de todo el personal sanitario de Sacyl, en especial, a su doctora de cabecera, a los servicios de neumología y cardiología y al equipo de la UCI del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, donde el consejero ha permanecido ingresado 61 días --un total de 80 hospitalizado y 35 intubado--.
"A todos ellos quiero agradecerles que me hayan devuelto a la vida, les llevo y les llevaré en mi corazón de manera indeleble", ha afirmado Carnero en un texto remitido a los medios de comunicación 15 días después de su salida del hospital.
Así, "orgulloso" de pertenecer a la misma sociedad que todos ellos, la castellanoleonesa, y rodeado de "paisanos" que descienden de una diversidad de lugares, se ha preguntado "¿quién puede hablar, a la vista de todo esto, de lugares vaciados cuando todos ellos mantienen un nexo de unión único, verdadero y perpetuo con sus lugares de origen?".
De este modo, propone darle "la vuelta a todo esto" y pensar que, "precisamente y gracias al mundo rural, se está sustentando el urbano", pues se trata de dos lugares que "son perfectamente complementarios y
que el rural no deja de ser el que alumbra la materia prima, las personas, que hace que el otro, el urbano, sea próspero, dinámico y a la vez garante de que los pueblos sigan con vida, para que nos puedan alimentar mediante la agricultura, la ganadería y la industria agroalimentaria".
"A cambio", añade, "debemos garantizarles una adecuada prestación de servicios esenciales, como los sanitarios, educativos, sociales, de transporte y de telecomunicaciones".
En su escrito, el consejero también reconoce que allí, en la UCI, "uno se da cuenta que el COVID no son números de infectados, de altas hospitalarias, etc; allí uno percibe y ve el drama personal, individual
y familiar de esta pandemia; cada persona no es un número, es una historia concreta y vivible".
"La UCI es un lugar en que la mejor manera de salir de ella es llorando, como cuando se nace, porque salir de ella es volver a nacer. Eso sí, uno sale llorando pero ellos, los sanitarios, me han demostrado que su entereza es la elegancia de su alma individual y colectiva", agrega.
Y es que, tras su estancia en la UCI, "en una cama que cuesta más de 20.000 euros --"es decir, estamos 'subidos' en un Ferrari"-- Carnero, siendo un hombre que vivía "al día" y se pensaba "dueño y señor de su vida", confiesa haber reparado en una reflexión "profunda y sencilla": "La vida no nos pertenece".
De hecho, señala, "si algo es la vida de cada uno es un usufructo", razón por la que ha animado a vivirla en su plenitud, usándola y disfrutándola, pero eso sí, dejando a salvo su sustancia, que no es otra sino la de la responsabilidad hacia uno mismo y también hacia los demás".
Por todo ello, Carnero ha hecho un llamamiento a la responsabilidad ante esta pandemia: "Ante todo y por todos, vacunándonos, usando la mascarilla y el hidrogel, guardando la distancia. Todo ello para que podamos usar y disfrutar ese usufructo maravilloso que es la vida".
"Ahora regreso de nuevo al Camino, con una nueva oportunidad que me da la vida, que intentaré usar con responsabilidad y con la sabiduría de quien ha estado cerca del sueño eterno y sabe que no debemos malgastar el tiempo. Mi mensaje es de aliento para los que están sufriendo, padeciendo, y que mi ejemplo les pueda servir de estímulo como a mí me sirvió esa pareja de pájaros que me alentó a seguir en la lucha vital", concluye el consejero en unas líneas escritas, según él mismo afirma, desde la gratitud a todos los que le han ayudado a estar hoy aquí.