Prieto de la Cal: los “jaboneros” vallisoletanos (Capítulo 4º)
En 2020 vendría la hecatombe por la pandemia, de la que no se ha librado nadie. Y es el gremio ganadero, dentro del sector, el que más está sufriendo esta grave crisis. Al respecto de la situación de la ganadería, Tomás nos decía lo siguiente:
Seguimos atendiendo las obligaciones del día a día. La ganadería sigue su curso exactamente igual; la única diferencia es que no se lidian los animales. Entonces, los defectuosos los hemos tentado en la plaza de tientas y, luego se han sacrificado; me refiero a defectuosos a problemas en los ojos o cuernos. Del resto no hemos sacrificado nada. Por lo tanto, hay mucho ganado, muchos más machos que en otros años, se pelean más, hay más roturas de vallas y ello conlleva un trabajo continuo por parte de los dos vaqueros que tenemos. Más Rafael, el conocedor y veterano mayoral.
La ventaja, -continúa el ganadero- es que el año pasado teníamos muy pocos cinqueños y se lidiaron en Portugal, pero claro, los cuatreños que no se lidiaron la pasada temporada (unos 30) están este año para cinqueños. Yo he aguantado la situación un año, pero no puedo aguantar la situación otro más.
Del portal guarismodelocho.com, recogemos algunos párrafos interesantes que el ganadero respondía en una entrevista reciente sobre la maldita pandemia:
Nos afecta en el sentido de que no podemos lidiar. Es un desastre, porque económicamente los ganaderos vivimos de lo que lidiamos. Además, hay una preocupación añadida porque a las hembras las seleccionas en el campo, pero a los machos los seleccionas en las plazas. Tengo esperanza de que, en estas cosas tan graves, el mundo del toro tiene que reaccionar, tiene que ser un mundo generoso. No podemos quedarnos agazapados, no vamos a llevar toros a los hospitales, pero sí podemos regalar carne, no sé hacer algún gesto.
Sobre el futuro inmediato respondía con duras críticas:
Cuando esto pase, que pasará porque esto es un virus y se controlará, empezará la temporada, aunque sea tarde. Tiene que haber alguna especie de gesto, la tauromaquia no puede seguir igual de mal, hay que reaccionar y que los toreros se den cuenta de que se tienen que anunciar con otras ganaderías. Es el momento de hacerlo, hay que llenar las plazas e incluso hacerlo con generosidad. Hay que intentar que, en el mundo del toro, tanto toreros como ganaderos reaccionemos y veamos lo verdaderamente fundamental, que es el toro. A partir de entonces, esos profesionales que tanta experiencia tienen se enfrenten con el toro y que todos esos animales que hoy se están lidiando, con poca sensación de peligro, de fiereza y que echan al público de las plazas, desaparezcan.
El joven Tomás recibió la ganadería cuando tenía 9 años. Entonces le ayudaron nada menos que Álvaro Domecq, Celestino Cuadri, Miura y Antonio Bienvenida. ¿Cómo fueron esos inicios y qué aprendió de ellos?, le preguntaba un periodista en una entrevista en la edición digital de Diario de Teruel:
A mí me ayudó todo el mundo. En aquellos años el gremio de los ganaderos, incluso yo diría que el gremio del toreo, con empresarios y toreros incluidos, era muy proteccionista. Nos protegíamos los unos a los otros. Hay una serie de ganaderos con más contacto, más amistad... que son los que ha citado, y también Alonso Moreno de la Cova, José Murube, Luis Algarra... Siempre que se ha necesitado algo para el campo, nos ayudábamos. Y quien más ayuda necesitaba era un niño con 9 años y madre viuda, que era mi caso. Hoy parece que el toro está enfrentado al torero, y en aquella época íbamos todos de la mano. Era muy bonito. Hablo de Bienvenida, de Limeño. Posteriormente los Ordóñez. Yo estoy muy agradecido. A mi madre la ayudaron a todo. Las empresas, D. Diodoro Canorea, Manolo Chopera...
Sobre su padre comentó: "Mi padre decía que la categoría de la plaza la da el toro que se lidia", y nosotros le damos mucha categoría a las plazas donde lidiamos.
Sobre la procedencia Vazqueña y mantenerla pura dijo lo siguiente:
Sí, yo no he cambiado nada. Ni la manera de manejarlos, ni la sangre, ni verdaderamente nada. Ni siquiera al mayoral, que lleva más años que yo (Rafael Rodríguez lleva en la casa 45 años). Seguimos seleccionando igual, tentando igual. La esencia de ganaderías como la mía es no cambiar nada. No hay muchas, cada vez quedamos menos, pero el mérito que tenemos es ese. Si no, seríamos uno más.
El periodista pregunta al ganadero sobre los toreros que visitan su casa para tentar:
Yo de unos años para acá me he vuelto egoísta. Como le decía, de venir Romero y Paula que venían anualmente, y Bienvenida, Limeño... ahora vienen novilleros porque lidio muchas novilladas, y toreros que después se las ven con mis toros: Javier Castaño, Rafaelillo, Sánchez Vara.... Ese tipo de toreros.
Sobre sus toros era tajante:
"A mi toro cuando se le torea, se le domina. Cuando se le dan pases, no. Hoy en día es muy habitual ver un tipo de toro que permite todo tipo de terrenos y distancias…” Son los únicos ejemplares que quedan de una casta que se remonta trescientos años atrás: Veragua. Claro, todo este tiempo ha condicionado su genética y su comportamiento que es muy distinto al de otros encastes más actuales. Son toros fogosos de salida, rematan mucho, van fuerte a los caballos… Y es verdad que en la muleta pierden cierta acometividad, pero esa era la actitud del toro antiguo y yo creo que merece la pena mantener ese sello de distinción que los hace diferentes por antiguos, y que pueden dar otra dimensión del espectáculo no tan encorsetada.
-Oiga, ¿se puede vivir de una ganadería mítica como la suya?
-No. Es imposible. Pero me gustan los toros y el encaste Veragua que yo trabajo. Y también siento la responsabilidad de conservar esta sangre para el futuro. Lo creo importante.
-Entonces las satisfacciones que pueden ofrecerle sus toros no van precisamente por el camino del dinero
-Ni mucho menos. Disfruto en el campo y trabajando en las faenas ganaderas que me apasionan. Seleccionar las reatas, criarlos fuertes y encastados, llevarlos a la plaza para ver cuál es el fruto de un trabajo que dura años... Eso me hace feliz. Y si luego sale un toro que colma tus expectativas es la satisfacción completa.
Bueno han sido muchos, llevo 45 años de ganadero y ha habido muchos toros, toros de concursos como puede ser un Castañero en Vic Fezensac, un Arguardentero en Arles o un Farolero en Zaragoza. Después ha habido muchos toros en corridas normales que me han marcado, es una trayectoria muy larga, es como una hoja de servicios muy larga donde ha habido muchas satisfacciones y otras tantas decepciones por supuesto.
En cuanto a la faena, no sabría decirle. Soy más ganadero, me fijo más en el animal que en la faena, aunque una muy completa fue hace unos años en la plaza de Hellín en Albacete, en las manos de Javier Castaño. Fue muy bonito porque fue una faena completa, desde la salida hasta el final, en la que le cortó las dos orejas y le pidieron el indulto que, justificadamente, no le dieron, pero sí le concedieron la vuelta al ruedo.
“Rompedor”, lidiado por Javier Castaño en Hellín en 2015
Javier Castaño, quién nos facilitó algunos datos del buen toro, nos comentó que el toro fue muy bueno y que había una historia de él: Una amiga bilbaína de doña Mercedes lo vio nacer y desde becerro se había “enamorado” de él, hasta el punto de que bajaba todos los años a La Ruiza para ver a su toro favorito. Cuando llegó la fecha de ser lidiado acudió a Hellín a “despedirlo”. La despedida no pudo ser mejor.
Finalmente recogemos una respuesta optimista de Tomás Prieto de la Cal, aunque con durísimas críticas a ciertos sectores del mundo del toro que no tienen desperdicio alguno:
¿Le augura un buen futuro a su ganadería?, preguntaba el periodista en la entrevista de Diario de Teruel:
Yo siempre he sido muy optimista, pienso que esto de ir contra corriente tendrá su recompensa algún día. Los dos estamos de acuerdo en que lo que tiene que cambiar es la actitud del mundo taurino, del sistema o del monopolio empresarial, llámelo como quiera. Esas empresas de las principales plazas tienen que buscar el interés del público y del aficionado, si eso cambia, el futuro de Prieto de la Cal es muy halagüeño. Si en lo único que nos fijamos es en el cambio de cromos y en las cinco ganaderías de siempre evidentemente yo seguiré en la periferia, en Navarra, en Francia... Seguiremos con la ganadería, pero no será un buen futuro, más que para nosotros, para la tauromaquia.
Ir a los toros cuesta un dineral, en el plan de espectáculo de élite, si seguimos así estamos condenados al fin. Llevamos así 20 o 25 años, pero nadie reacciona, nadie habla de las propiedades de las plazas de toros, de las grandes empresas o de los grandes toreros que son los que tienen que tirar del carro, sabe...Concluía el ganadero en tono muy contrariado.
En nuestras conversaciones telefónicas hablamos largo y tendido sobre su familia vallisoletana y sus antepasados. Y salió a colación su primo carnal, Ramón de la Pisa y Prieto de la Cal, que ya comentamos en nuestro primer capítulo que había fallecido recientemente con casi 90 años.
Y de una antepasada suya: Isabel Sanz Moyano, ganadera de bravo y vecina de Aldea de San Miguel (Valladolid) (1765-1835).
Pues sí -nos comentó Tomás- no tenía ni idea y me llegó la noticia cuando lidiamos en Pedrajas y un paisano (Julio Olmedo) me regaló un libro donde aparecía esta antepasada mía que fue ganadera.
Suerte, ganadero. Y que cuando todo esto pase volvamos a ver a esos “jaboneros” vallisoletanos por todos los ruedos de España, Francia y Portugal.
Bibliografía y fotos: gw.geneanet.org/. Wikipedia. ABC. Twitter Los Alburejos. domuspucelae.blogspot.com. Agustín Urquidi. Fundación Joaquín Díaz. J.J. Diago. Facebook y Twitter Prieto de la Cal. Blog Mulillero. Diario de Jerez. Biblioteca Nacional de España. Blog El arte de vivir el toreo. Blog Mundillo Taurino. Aplausos. Natalia Calvo, Fermín Rodríguez. Blog Pedrajas.com. Diario de Córdoba. Veterinarios taurinos. Badajoz taurina. Hueva taurina. Blog El arte de vivir el toreo. Blog Mundillo Taurino. Diario de Teruel. Guarismodelocho.com y J.J. Diago.