El cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, invitó hoy a la sociedad vallisoletana a practicar, en estos tiempos de pandemia la caridad, tal y como la concebía el patrón de la ciudad, San Pedro Regalado. Su práctica, dijo, “no queda en buenos sentimientos, bellas palabras y nobles deseos”, sino en compartir “solidariamente” con la renuncia a cosas y siendo generosos.
El prelado subrayó, durante la homilía en la catedral con motivo de la festividad del patrón, que “hay más dicha en dar que recibir”, y abogó por aprender a distribuir las cargas, ya que la pandemia ha empobrecido a todos pero hay muchas personas que "han quedado en la intemperie". “El ansia de dinero cierra el corazón de las personas a la fraternidad solidaria. ¡Bella lección nos dio San Pedro Regalado en la utilización de los bienes!”, expresó.
Ricardo Blázquez recordó a las miles de personas que perdieron la vida a consecuencia del COVID-19, y agradeció la entrega de los hombres y mujeres del ámbito de la salud por su entrega profesional. “Ensanchemos nuestra mirada a cuantos han sido tan duramente golpeados de cerca y de lejos. No olvidemos que la humanidad está llamada a ser como una sola familia bajo la providencia de Dios. Los datos referidos a situaciones cercanas nos impresionan vivamente; pero ante las cifras de hermanos nuestros y de países distantes quedamos sobrecogidos”, precisó.
A pesar de los estragos que ha conllevado la pandemia, el cardenal abogó por mirar hacia el pasado “no para ajustar cuentas, sino para purificar la memoria” y así lograr que la sociedad se reconcilie con estos meses sombríos, y se una de cara al futuro. “Debemos trabajar conjuntamente. tan grande el estrago que requiere unir nuestros corazones y nuestra inteligencia para gestar proyectos solidarios”, apostó.
En este sentido, recordó que la concordia fortalece a la sociedad y la división la debilita, y aseguró que se comprende que cuando hay tantas y tan grandes tareas que afrontar la sociedad se enoje ante las polémicas estériles.
“Aunque con limitaciones, celebramos hoy la fiesta de nuestro patrono, los adultos testificando lo vivido por las generaciones anteriores y los pequeños incorporándose a la tradición que es parte de nuestra identidad histórica. San Pedro Regalado, nuestro paisano, nuestro patrono y nuestro modelo nos invita a la fiesta. En esta coyuntura excepcional acometemos el porvenir con responsabilidad, con esfuerzo y confianza”, exhortó.
El cardenal recordó la historia del patrón de la ciudad nacido hacia el año 1390 en la calle Platerías, junto a la plaza del Ochavo, en el centro de la ciudad, y que fue bautizado en la actual parroquia del Salvador, donde se conserva la pila bautismal.
“Descubrió pronto que su vocación específica dentro de la Iglesia discurriría como fraile franciscano; en la orden de San Francisco ingresó en el año 1404. En aquel tiempo la expectativa de vida era más corta, y todo comenzaba pronto. Entonces y ahora la fidelidad exigía el amor a Dios y al prójimo, la paciencia en las pruebas y fiarnos del Señor que conduce providencialmente la vida. Murió San Pedro Regalado en el convento de La Aguilera, cerca de Aranda de Duero, donde está su sepulcro”, relató.
Por último, recordó que hoy además de la fiesta de del patrono San Pedro Regalado, se celebra la memoria litúrgica de Nuestra Señora de Fátima, y compartió con los fieles la necesidad de acogerse con confianza, ante el poder de la pandemia, a la protección de María.