Músico, actor, productor cultural... E icono de la generación de los 90. Una que creció viendo a este malagueño suspirar por la chica de la habitación de al lado. Fran Perea aterriza en La Cueva del Jazz en Vivo con una emocionante propuesta musical. Un EP de cuatro canciones para salvarse y salvarnos a todos, tras vivir la peor época de nuestras vidas. El sábado a las 13 horas, la terraza de La Cueva volverá a enamorarse del que fuera Marcos Serrano, pero también se enamorará de sus nuevos temas, escritos para agradecer al mundo de la cultura todo lo que nos regalaron durante el confinamiento, y que consiguieron hacer el encierro un poco más ameno.
Pregunta.- Ya es inevitable empezar una entrevista sin hacer balance del año y medio de pandemia. ¿Cómo ha sido para ti todo este año sin poder trabajar y subirte a los escenarios?
Respuesta.- Excepto los meses del encierro, no he parado de salir a trabajar. Primero tuve la suerte de hacer una serie para Netflix, que se ha estrenado ahora. Luego, en los meses de verano empecé a hacer conciertos, y finalmente tuve que parar obligatoriamente en noviembre, que era cuando empezábamos a presentar el proyecto de ‘Canciones para salvarme’. Fue lo más difícil. Tuvimos que pararlo todo y ha sido como el periodo más complicado de asumir, desde noviembre hasta ahora en mayo, que ha sido muy difícil salir de gira. Casi todos los conciertos que he tenido han sido en Madrid. Pero yo soy afortunado realmente, porque hay un panorama dentro del sector cultural muy difícil y nos queda un desierto por delante. A ver si, poco a poco, las cosas van cambiado y el sector de la cultura vuelve a caminar.
P.- De este complicadísimo año sale tu sexto trabajo de estudio, ‘Canciones para salvarme’. ¿Tiene realmente la música ese poder sanador?
R.- Yo lo creo firmemente. De hecho, es lo que defiendo en el proyecto. Todos hemos escuchado una canción para saber qué nos pasaba o para entender lo que nos pasaba. La música tiene esa capacidad, Incluso, a veces, sin entender la letra, pero una canción te salva o te da un ‘punch’ de energía que te faltaba. Y luego también, creo el sector de la cultura ha sido muy generoso estos meses difíciles y me apetecía también hacer una especie de homenaje a toda la gente que hace música y que la ha regalado estos meses a otras personas para que llevaran una vida mejor.
P.- ¿Es entonces la temática, un agradecimiento al sector, que canciones que ayuden a los demás a salvarse?
R.- Tiene las dos cosas. Van de la mano. Yo homenajeo a la cultura por su poder sanador, son dos conceptos que van juntos.
P.- Un EP que salió a finales de 2020, pero que presentas ahora en directo, con La Cueva del Jazz de Zamora como una de sus paradas, ¿cómo está siendo este reencuentro con el público?
R.- Está siendo muy bonito. En La Cueva del Jazz será el primer exterior que hacemos. Estamos actuando en salas y teatros y me apetece también salir al exterior. Está siendo muy emocionante realmente. Emocionalmente están siendo conciertos muy potentes, la gente está muy necesitada y eso se nota. Hay personas que te dicen que hace un año que no van a un directo, que se han reído y llorado. Han sido tres semanas muy emocionantes.
P.- Entonces, ¿el público llega realmente a emocionarse después de estar un año sin un directo?
R.- Claro. La gente es consciente de lo que se vive durante un concierto. Nos hemos acostumbrado a vivir sin eso, sin ir a un concierto, al teatro o al cine; y cuando la gente lo vuelve a hacer se da cuenta de lo que lo necesitamos. Por eso necesitamos la cultura, porque nos salva y nos da un ‘chute’. La gente casi siempre sale mejor persona cuando sale de un evento cultural.
P.- En estos directos presentas las cuatro canciones que componen este EP, pero también vuelves a ese primer disco, ‘La chica de la habitación de al lado’, que fue el gran estallido en tu carrera, gracias a la serie de ‘Los Serrano’. Siempre has tenido buena relación con esa parte de tu carrera, ¿o no?
R.- Ha habido épocas que no. Me he ido reconciliando con el tiempo también. Cuando vives cosas tan fuertes y que fagotizan todo lo demás, en proyectos como ‘Los Serrano’, tienes que ir colocándolo con el tiempo. Yo he tenido la suerte de poder hacerlo, de escribir un libro con todo lo que tiene que ver con esas reflexiones; y ahora sí reviso las canciones desde otro lugar y disfruto muchísimo. He llegado a la conclusión de que soy un afortunado porque tuve la suerte de participar en un proyecto que marcó generacionalmente a un país y yo puse voz a eso. No todo el mundo tiene esa suerte. Me gusta revistar esos temas, cambiarlos y tratarlos desde el lugar que estoy ahora.
P.- En la era de los memes y el cachondeo por bandera en Twitter, tu mismo has sabido apropiarte de las bromas y hacerlas tuyas también. De hecho, en la serie de Netflix, ‘El Vecino’ te reconcilias con tu propio personaje de Marcos Serrano.
R.- Hay reírse de uno mismo, sino para qué. Yo no puedo vivir de espaldas a lo que ocurre. Hay que integrarlo en la vida y hay que saber reírse de uno mismo y de la imagen que se proyecta de ti. El sentido del humor es de las mejores cosas que hay y no hay que perderlo. La gente que nos dedicamos a la vida pública es normal que la gente te use para hacer ciertas bromas. No hay maldad detrás de eso.
P.- A veces parece que sí hay algo de maldad…
R.- A mi solo me molestan las faltas de respeto de la gente que me quiere. La gente que no me conoce no me ofende. Podrán pensar que faltan al respeto a una imagen, pero nunca a mí. Con lo cual intento no tomármelo a lo personal, porque esta gente ni me quiere ni me conoce. Tienen una imagen creada que no tiene nada que ver con lo que yo soy. Si te lo tomas así es mucho más sano para tu cabeza.
P.- Pero ¿te lo tomas así ahora, con la edad que tienes, pero supongo que años atrás, estos pensamientos que tienes ahora no serían tan sencillos de tener?
R.- Siempre he relativizado mucho. También he relativizado el gustar sobre manera, como durante una época ser el chico que todas las niñas llevaban en la carpeta, porque pensaba que igualmente ellas admiraban un personaje que forma parte de una etapa de la vida. Creo que eso me ha ayudado a vivir todo esto no bien, porque nunca puedes vivir un éxito así de una manera normal, pero sí intentar normalizar dentro de toda esta etapa para poder llevar una vida sin volverte loco.
P.- Y volviendo al audiovisual. Como actor, ¿cómo ha sido trabajar en este complicado año?
R.- La serie ‘El Vecino’ fue la primera producción que arrancó después del encierro. Recuerdo ir a hacerme las primeras pruebas yendo en un coche por una Madrid absolutamente vacía, y llegar a un laboratorio donde no había nadie alrededor. Fue una cosa curiosa. Y luego todos los protocolos que se tuvieron que implantar en los rodajes para poder trabajar. Ocho horas con mascarillas, gafas, que se empañaban, era todo muy complicado. Pero a las tres o cuatro semanas de estar grabando, al final el ser humano se adapta, se sobrepone y te lo tomas como algo normal. Por otro lado, en teatro, donde hemos estado haciendo ‘El Ciclista Utópico’ en Madrid, igual, con mucho cuidado e intentando ser riguroso con las medidas de seguridad. El interés de todos es que los eventos culturales sigan siendo seguros.
P.- Y ya para ir terminando, el sábado actúas en ‘La Cueva del Jazz’ de Zamora, en una sesión ‘vermut’, donde la sala de conciertos ofrece también un tapeo. Este local ha tenido que reinventarse del todo, aprovechar su terraza y adaptarse a las restricciones sanitarias de Castilla y León, donde todavía no se pueden hacer conciertos en el interior de las salas, para traer la música de nuevo a la ciudad. Como empresario de la cultura que también eres, ¿qué te parece la propuesta de La Cueva?
R.- Me parece que es lo que hay que hacer. Somos un sector que estamos acostumbrados a la incertidumbre. Nos ayuda mucho y nos hace estar muy vivos y espabilados. Porque nunca sabes qué gente va a ir al concierto, cuántas entradas vas a vender… Vivimos siempre en este estado y entiendo que los compañeros de La Cueva del Jazz también. Esto viene a decir que somos capaces de reinventarnos y adaptarnos a las circunstancias. En León pasa igual, donde toco el viernes, el dueño de El Gran Café me llamó para explicarme que no podía hacer el concierto en su sala, pero que había conseguido un teatro donde poder llevar el concierto. Estamos buscándonos la vida todos y llevando la cultura a la gente, porque las personas pierden rápidamente la costumbre.
P.- Inevitablemente el sector de la cultura, de la hostelería y de las salas de conciertos, han sufrido especialmente las restricciones sanitarias, quizá más que ningún otro sector. En otros sitios de España sí has podido hacer conciertos en salas interiores, pero en Castilla y León siguen sin poder hacerse.
R.- Es verdad que ha sido un sector bastante estigmatizado. Fue lo primero que se cerró y lo último que está pudiendo abrir. Al final le estás lanzando un mensaje a la gente como que esto fuera peligroso. Hay que tener mucho cuidado con los mensajes que le lanzas a la ciudadanía con tus medidas. Cuando, además, se ha venido demostrando que los eventos culturales son seguros. Sigamos permitiendo que se realicen, con las medidas sanitarias oportunas. Ahora que es época de protegerse, del virus, pero también a nuestras emociones, eso lo hace la cultura.