Fue muy emocionante. Para mí una de las cosas fundamentales para poner el broche a mi trabajo era ver la reacción de Rafa Nadal. Estaba a su lado, vi su rostro y me sentí muy recompensado porque comprobé que le había gustado mucho. Era como cerrar de forma perfecta un proceso en el que había invertido mucho tiempo”, nos confiesa Jordi Díez.

Él es el escultor vallisoletano que ha puesto la firma a la obra, fabricada en acero  inoxidable y de 800 kilos de peso, que homenajea al 13 veces campeón de Roland Garros que se encuentra ubicada en la Plaza de los Mosqueteros y que muchos están pudiendo contemplar en estos primeros sorbos del torneo parisino.

¿Será talismán para que Nadal consiga su 14º entorchado galo? “Quiero que el monumento ejerza un poder de apoyo. Pienso que Rafa está en la confluencia entre la experiencia y la fuerza. Es un momento vital impredecible. Es una aportación para reforzar el trabajo de Nadal, en el que creemos y nos inspira”, afirma Jordi Díez, en declaraciones a El Español Noticias de Castilla y León.

Proceso



Todo comenzó a raíz de que este escultor vallisoletano leyera un periódico en el que el presidente de la Federación Francesa de Tenis, Bernard Giudicelli, mostraba su interés por hacer un monumento al tenista manacorí que tanta gloria ha encontrado, año tras año, sobre la arcilla del torneo francés.

“Lo hablé con mi equipo, nos pareció una idea muy interesante y a los cinco días el presidente tenía sobre la mesa los primeros bocetos que realicé sobre la escultura. El propio Bernard Giudicelli se convenció al ver la propuesta y todo comenzó ahí”, nos cuenta nuestro entrevistado.

El 5 de junio del año 2019 se firma el contrato en París para que esta curiosa imagen del tenista balear comience a tomar forma, y el 15 de ese mismo mes el vallisoletano se marcha hasta Palma de Mallorca para tomar medidas. “Realizamos un estudio fotográfico y el vaciado en escayola porque era muy importante para mí hacer bien sus manos”, añade Díez.

Tras esto, a principios de septiembre comenzó un trabajo que duró diez meses, hasta junio del pasado año, produciéndose el transporte del busto a París y su posterior almacenamiento el 6 de noviembre, la instalación el 7 de abril y la inauguración de esos 800 kilos en forma de homenaje al tenista español el pasado 27 de mayo.

Jordi Díez. Fotografía: Roland Garros

Presentación



Ese 27 de mayo está marcado ya en el calendario de Jordi Díez. “Me encanta”, aseguró Nadal al desvelar una escultura que dejará grabadas en metal sus gestas en la capital francesa. “No hay lugar más especial en el mundo para mí que Roland Garros para esta escultura. Significa mucho para mí, es un gran honor”, añadió el balear hace apenas una semana.

Todo en la presentación de la imagen de este que quedará ya para siempre junto a Los Mosqueteros, que marcaron los primeros pasos del torneo y la del aviador, que da nombre a este Grand Slam, inaugurada en abril.

El autor de la estatua nos cuenta que “fue muy emocionante” para él “poner el broche apreciando la cara de Rafa” al que vio que “le gustaba mucho” y añadiendo que se “sintió muy recompensado” porque era la forma perfecta de “cerrar un proceso de mucho trabajo”.

“Lo que se dice de Nadal es cierto. Es humilde, una persona normal. Su excelencia se manifiesta en la pista”, añade Jordi que no duda en esbozar una sonrisa cuando le preguntamos si su escultura será talismán para la consecución del 14º Roland Garros: “Quiero que el monumento ejerza un poder de apoyo”, añade.  

Un gran profesional



A sus 55 años, Jordi suma 30 como escultor y ha trabajado en proyectos en San Francisco, Barcelona, Alemania, Arabia Saudi o Abu Dabi, entre otros… casi nada.

El vallisoletano, que en la actualidad vive en Centelles (Barcelona), asegura que pasa por la ciudad del Pisuerga un par de veces al año para visitar el Museo de Escultura Policromada que “le marcó desde el principio de su carrera” y que “es uno de los mejores del planeta” ya que guarda “esculturas de Juan de Juni y Berruguete”.

Díez se define como “un escultor eminentemente figurativo” que “se ha dejado impregnar por tendencias vanguardistas como el minimalismo, la deconstrucción y la abstracción” creando un híbrido que “pasa por ser su marca”.

Autor de una obra de oro es el culpable de haber conseguido que el alma vallisoletana de Rafa Nadal brille en tierras parisinas con el torneo sobre arcilla más importante del planeta como telón de fondo.