Una media anual de 3.800 castellanos y leoneses pasan al año por los cursos de sensibilización y reeducación vial para recuperar el carné de conducir tras perderlo por una sentencia judicial o una sanción administrativa, o bien para incrementar el saldo de puntos después de cometer varias infracciones graves.
Desde 2007 -la implantación del carné por puntos fue julio de 2006- un total de 52.836 conductores han pasado por alguno de los 8.322 cursos organizados por los 35 centros de sensibilización y reeducación vial repartidos por toda la Comunidad y que en su inmensa mayoría corresponden a autoescuelas, según datos de la Dirección General de Tráfico a los que ha tenido acceso Ical.
Solo el pasado año fueron 3.337 los alumnos que se matricularon en estos cursos en la Comunidad, la cifra más baja desde 2009 debido a las restricciones del COVID, tanto en el tráfico rodado, como en la apertura de los centros. De total de matriculados, 2.077 lo hicieron en los 286 cursos destinados para incrementar el saldo de puntos y 1.260 en los 324 dirigidos a los conductores que perdieron su permiso de conducir.
Para incrementar el saldo de puntos, los cursos tienen una duración de 12 horas y permiten, como máximo, recuperar seis y siempre hasta un tope de 12 puntos. Además, los conductores solo pueden hacer un curso de este tipo cada dos años, mientras que a los profesionales les está permitido una periodicidad anual. En el caso de los conductores que han perdido el carné, los cursos tiene una duración de 24 horas, repartidas en cuatro o seis días. Además, después del mismo deben superar un examen en la Jefatura de Tráfico para poder recuperar la licencia una vez cumplido el tiempo de sanción.
Por provincias, el pasado año Valladolid se situó a la cabeza tanto tanto en número de cursos, con 132, como en conductores, con 705, por delante de León donde las autoescuelas ofertaron 127 cursos por los que pasaron poco más de 640 sancionados; de Zamora, con 67 cursos y 360 alumnos, y de Burgos, donde 352 conductores pasaron por los seminarios de reeducación.
En el lado opuesto se situó Avila con 37 cursos y 108 alumnos. En Segovia se ofertaron 49 cursos por los que pasaron 291 alumnos; en Soria, con tres cursos menos, se matricularon 337 conductores; en Salamanca fueron 47 cursos (275 alumnos), y en Palencia 43 (268).
El presidente de la Federación de Autoescuelas de Castilla y León, el vallisoletano Arcadio González, además de destacar que la implantación del carné por puntos se ha convertido en el “pilar fundamental” que ha provocado el drástico descenso de la siniestralidad de las carreteras españolas desde hace más de una década, propone incluir en la formación de los conductores noveles cursos de sensibilización ya que, en su opinión, contribuirían a una reducción de la siniestralidad.
En este sentido, González argumenta la buena acogida que los cursos de reeducación, que cuentan con el testimonio de víctimas y psicólogos, tienen entre los alumnos, y afirma que son muchos los que al finalizar aseguran que “hubieran obrado de otra forma de haber recibido antes esta formación. Las medidas punitivas son necesarias pero, sin duda, la concienciación es clave para seguir reduciendo las víctimas de las carreteras”, aseveró.
Además, cifra en un 10 por ciento el porcentaje de conductores reincidentes que pasan por los cursos y apunta que detrás de la mayoría de estas personas hay problemas sociales y muchas se encuentra en riesgo de exclusión.
Endurecimiento
Por otra parte, y después de su aprobación el pasado mes de marzo por el Consejo de Gobierno, el proyecto de ley elaborado por el Ministerio del Interior para incorporar una serie de medidas que mejoran y actualizan el sistema del permiso y la licencia de conducción por puntos, ya se encuentra en las Cortes para su tramitación parlamentaria.
El proyecto de ley modifica la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, para agravar las sanciones para aquellos comportamientos que generan mayor riesgo para la conducción, como el uso del teléfono móvil al volante. Además, esta nueva normativa se integrará en una más amplia estrategia diseñada por la Dirección General de Tráfico para generar un nuevo modelo de seguridad vial alineado con la política de la Unión Europea, cuyo objetivo es reducir en un 50 por ciento el número de personas fallecidas y heridas graves para el año 2030 y avanzar hacia una cifra próxima a cero en el año 2050.
Entre las nuevas sanciones, se aumenta de 3 a 6 los puntos a detraer por conducir sujetando con la mano dispositivos de telefonía móvil; se eleva de tres a cuatro los puntos a detraer por no hacer uso del cinturón de seguridad, sistemas de retención infantil, casco y otros elementos de protección y se incorpora como causa de la pérdida de esos puntos el hecho de no hacer uso de los mismos de forma adecuada.
Además, también se suprime la posibilidad de que turismos y motocicletas puedan rebasar en 20 kilómetros por hora los límites genéricos de velocidad en las carreteras convencionales cuando adelanten a otros vehículos. Por último, sustituye la infracción grave consistente en “utilizar” mecanismos de detección de radares o cinemómetros por el mero hecho de “llevar en el vehículo” esos dispositivos. El nuevo tipo infractor mantendrá la pérdida de tres puntos que se asignaba a la anterior infracción.