Es prácticamente nuevo ya que se doctoró en 2017, pero desde novillero deslumbró a los sevillanos y a todo el ámbito taurino. De él dicen que ha recuperado el toreo de siempre, el toreo sin prisa.
P.- ¿Cómo se “cocina” eso, torero?
R.- Se cocina y se digiere con el tiempo. Es mucho el sacrificio que hay, hasta llegar a poner de acuerdo tu mente con tu cuerpo para poder ejecutar la tauromaquia que sientes. Por el camino se sufren muchas desilusiones y fracasos, pero cuando se consigue todo esfuerzo hecho es compensado.
P.- ¿Y cómo se pasa un año y pico en blanco por culpa de la maldita pandemia?
R.- Lo he pasado con tranquilidad y asumiendo una situación de la que no tienes culpa. Dentro de todo lo malo, doy gracias de que me haya cogido después de un año que me abrió todas las puertas y al reactivarse todo me he encontrado en una situación de salida de la que tengo que dar las gracias.
P.- Cuéntenos como fue aquello de sus inicios taurinos y de pronto lo deja
R.- Desde niño tenia la inquietud de jugar al toro. Todos los fines de semana estaba en una finca familiar y me divertía jugando al toro hasta el punto de pedir como regalo en mi primera comunión torear una becerra. Después, cuando llega la edad de empezar a entrar y salir con los amigos, lo dejé en mera afición.
P.- ¿Y cómo se lleva lo del toreo y la universidad con los estudios de Administración de Empresas?
R.- Bueno, no era fácil compaginar ambas cosas. Pero un día tiene 24 horas y hay tiempo para todo. El día que tenia tentadero por la tarde, estudiaba por la noche, y así me iba organizando. A todo chaval que empiece lo animo a no dejar nunca los estudios. Tener una formación es fundamental y siempre ayuda, hasta para torear.
P.- Llega Ud. acartelado para el sábado con dos de las figuras más importantes del panorama taurino. ¿Uno se siente también importante con ese cartelazo?
R.- Claro. No cabe duda que, verte hacer el paseíllo al lado de dos toreros de esa talla te hace crecerte y sentirte más torero. Son los carteles en los que uno sueña estar.
P.- ¿Se le ha subido el “pavo” por ese ascenso irresistible de Pablo Aguado?
R.- Creo que no. Eso lo debe decir la gente. Pero yo sinceramente creo que no. Soy muy consciente de lo difícil que es mantenerse arriba y que mi ascenso hay que mantenerlo. Nada es para siempre y en el toreo menos, porque cada tarde es un volver a empezar. Lo pasado, pasado está y hay que pensar en el futuro sin creerte nada de lo que hayas hecho, porque el futuro se labra con lo que seas capaz de hacer.
P.- ¿Qué esperamos el sábado de Pablo Aguado?
R.- Bueno, pues simplemente espero ser yo. Ni mas ni menos. Poder expresarme como lo siento. Le tengo cariño a Valladolid porque es la primera plaza a la que fui después de la tarde de Sevilla y me recibió con una ovación que se me quedó grabada. Todo eso te motiva e ilusiona para sacar tu mejor versión.
P.- ¿Con los Vázquez suponemos que todo va de maravilla?
R.- Por supuesto. Estoy muy contento con ellos. No solo la relación profesional es magnífica sino también la personal, que muchas veces es mas importante aún.
Gracias al diestro sevillano por atendernos en vísperas de una tarde importante. Le deseamos toda la suerte del mun