Morante y Pablo Aguado cosecharon un apéndice cada uno ante una corrida descastada y falta de fuerza de Victoriano del Río. Manzanares sufrió un feo revolcón sin consecuencias.
Tarde de expectación con un cartel de relumbrón que se fue al traste por culpa del ganado de Victoriano del Río y Toros de Cortés a los que le faltó fuerza, casta y acometividad. Faltos de remate y anovillados, salvo 4º y 6º. Fue una “escalera” con unas diferencias de peso de casi noventa kilos entre el quinto (482) y el zambombo sexto (570).
Tras el paseíllo, se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de dos de los doctores que han formado parte del equipo médico de la plaza durante años: Zósimo de Gregorio y José Rabadán. Posteriormente la banda de música de Iscar interpretó el Himno Nacional.
Manzanares
El primero de Manzanares arregló la tarde; fue un buen toro al que aplaudieron en el arrastre. Y el alicantino estuvo pletórico con él.
Toreo de regusto, lleno de elegancia y cadencia. El toro fue repetidor y bravo. Manzanares supo extraerle todo lo que tenía completando varias tandas por ambos pitones que fueron rematados con una estocada recibiendo marca de la casa. El público, que no completó el aforo permitido (unas 4.600 personas), pidió con fuerza las dos orejas para el diestro dinástico.
Con el que hizo quinto, un toro del otro hierro de la casa (Toros de Cortés) no hubo lucimiento a pesar de intentarlo. Fue bronco e incierto y Manzanares tuvo que tirar de veteranía para someterlo en algunas fases de la lidia. Mató de estocada efectiva y cosechó otra oreja. Pitos recibió el toro cuando el tiro de mulillas lo llevaban al desolladero. No hubo salida en hombros por las medidas sanitarias.
Morante
Abrió plaza Morante con un toro de nobleza franciscana, pero fue un inválido que no le sirvió al sevillano para nada, a pesar de intentarlo en vano. Fue pitado en el arrastre. Con el que hizo cuarto dibujó unas deliciosas chicuelinas y luego tuvo ese toreo de aromas finos que suele sacar el de la Puebla cuando se inspira. Exprimió lo poco que tenía el de Victoriano del Río, pero lo hizo con sabor añejo de toreo caro y variado, incluido un desplante de hinojos, adornado con un molinete. Le pidieron la oreja con fuerza.
Aguado
Pablo Aguado, que ya conoció las mieles del triunfo en su debut, también un San Pedro Regalado, pechó con el peor lote del encierro. Al que hizo tercero, un toro soso y sin fuerzas, lo lució en el caballo por chicuelinas. Con la franela hubo cadenciosos muletazos por ambos pitones, aunque brillaron más los que instrumentó con la mano derecha. Mató de estocada fulminante paseando una oreja.
Con el zambombo sexto, toro complicado al que llevó al caballo dos veces siendo aplaudido su montado, estuvo firme y dominador sometiéndolo en todo momento, aunque no hubo lucimiento. Falló a espadas y saludó una ovación.
El revolcón a Manzanares
Este toro tuvo sus complicaciones, nos referimos al que cerraba plaza. En un momento determinado, Manzanares hizo un quite a uno de los subalternos y fue alcanzado por el toraco lanzándolo por los aires en dos ocasiones. Afortunadamente salió por su pie, pero pudo haber tragedia.
Notas al margen:
Decía mi admirado José María García que a un guardacoches le ponías una gorra y se creía capitán general. Eso le ocurre al incompetente pseudo periodista que lleva la comunicación y márketing del coso del Paseo de Zorrilla. Y es que les das un cargo y van atropellando la razón, y además mienten como bellacos ¿Cómo se le puede mandar a la gráfica taurina de Noticias Castilla y León a la segunda grada, aduciendo que no hay pases de callejón para nadie y resulta que el citado callejón estaba plagado de fotógrafos?
Ah, y entre ellos algunos amiguetes del susodicho que no representan a ningún medio de comunicación. Ver para creer. Desde luego, beneficio para la empresa no es. Menos mal que tiene a alguien por encima que sabe de estas cosas y lo solucionó de inmediato. En fin.