Cuatro años han transcurrido desde que el Ayuntamiento promoviera un plan pionero en Castilla y León para que las personas que están en riesgo de exclusión social por haber sufrido violencia de género o por el hecho de ser mujer tengan mejores condiciones para encontrar un puesto de trabajo. Y el tiempo está demostrando la eficacia de esta esta estrategia del Ayuntamiento de Valladolid.
En el Centro Municipal de la Igualdad del Ayuntamiento de Valladolid se ha celebrado la jornada de clausura de la cuarta fase del Plan de Inserción Laboral para personas en riesgo de exclusión social por causas de género y víctimas de violencia machista. La concejala de Educación, Infancia, Juventud e Igualdad, Maria Victoria Soto Olmedo, ha entregado los diplomas a las participantes.
El 2 de noviembre de 2017 el Ayuntamiento de Valladolid aprobó el Plan de Inserción Laboral dirigido a personas en riesgo de exclusión por razón de género y víctimas de violencia machista, el primero de éstas características en Castilla y León. Se ha convertido en herramienta eficaz para la inserción socio-laboral de las víctimas de discriminación por razón de género y víctimas de violencia machista.
Este Plan fue galardonado por la Federación Estatal de Municipios y Provincias (FEMP) en 2018 como una buena práctica y ha continuado su evolución que ha desarrollado hasta la actualidad.
El objetivo es prevenir la discriminación en el empleo de mujeres en riesgo de exclusión social por causa de género mejorando su empleabilidad.
Los resultados obtenidos, la valoración del Plan por las personas que participaron en él y la valoración de las empresas contratantes animaron a continuar en esta línea de trabajo y a ofrecer este Plan como una herramienta válida para la reinserción socio laboral de los colectivos destinatarios.
Hoy se ha clausurado la cuarta fase del Plan, desarrollada entre enero de 2020 y junio de 2021. En ese marco, se ha atendido a 141 mujeres que han recibido información, orientación y asesoramiento personalizado para mejorar su empleabilidad.
El plan sigue una metodología de atención integral centrado en la persona, por lo que los itinerarios de cada mujer han sido plenamente individualizados y con el acompañamiento directo del equipo psicosocial.
Es una metodología abierta, dinámica y participativa, capaz de incorporar de forma ágil nuevos programas y actuaciones de forma que nos permita ofrecer una herramienta eficaz para la inserción socio-laboral de las víctimas de discriminación por razón de género y víctimas de violencia machista, abarcando un espacio que en estos momentos no atienden específicamente otros programas públicos.
Esta fase ha sido un reto para las profesionales y para las participantes debido a las restricciones por el covid 19, por lo que se han tenido que replicar las intervenciones para dar cobertura al grupo completo.
Muy importante en este plan ha sido la atención social detectando las necesidades de forma
individualizada para diseñar cada uno de los procesos de inserción para cada una participante, la atención psicológica que ha acompañado a las usuarias de este plan que lo requerían de forma individual y grupal creando redes de apoyo social entre ellas. Asimismo, se ha puesto especial interés en trabajar su visión de sí mismas y su proyección hacia el futuro, la independencia y la toma de decisiones, considerándose esto como base imprescindible para mejorar sus habilidades personales para la consecución y el mantenimiento del empleo. Imprescindible también ha sido todo el trabajo realizado en torno a la prospección e intermediación laboral consiguiendo una fuerte coordinación entre el perfil individualizado de las usuarias, su proceso de inserción y el tejido empresarial.
En relación a la formación se les han ofrecido dos certificados de profesionalidad certificados por el Servicio Estatal Público de Empleo, uno sobre lengua castellana y competencia matemática (240 horas) y otro sobre atención sociosanitaria a personas dependientes en instituciones Nivel II (460 horas)
Para conseguir una inserción más adaptada a los requerimientos laborales actuales se ha ofrecido a las personas participantes formación en identidad digital y herramientas tecnológicas para la búsqueda de empleo (192 horas) y otras cincuenta horas en cursos cuyo contenido ha sido de cajero/a-reponedor/a y atención al cliente.
En esta IV fase del PIL se han insertado un total de 26 mujeres con contrato y hay muchas perspectivas de que las mujeres que acaban de terminar y conseguir su certificado de profesionalidad de atención sociosanitaria a personas dependientes en instituciones se inserten en el mundo laboral próximamente.
En el transcurso de la jornada se han entregado los diplomas a las 61 personas que han finalizado los itinerarios del Plan en el año 2020-2021, así como los títulos propios del plan de Cajero/a-Reponedor/a (diecinueve personas) y Atención a la Clientela (doce personas).
Además 51 mujeres se han beneficiado de alguna o varias tutorías individualizadas de competencias digitales aplicadas al empleo y 34 mujeres han recibido apoyo psicológico a través de sesiones individuales y grupales.
Como mecanismo de apoyo a la participación en el Plan de Inserción Laboral se ha puesto a disposición de las participantes un servicio de respiro para la atención de necesidades de cuidado de menores a su cargo con un servicio de canguros.
Los datos de los resultados de este plan en sus diferentes ediciones hablan por sí mismos. En 2018 se atendió a 66 personas, en 2019 a 91, y en esta última edición que hoy se clausura se ha atendido a 141. Las personas que han participado activamente en los distintos itinerarios también han ido en aumento, desde 44 en 2018 hasta 61 en 2021 y por último las inserciones laborales, objetivo primordial de este proyecto, también han ido evolucionando positivamente: diez en 2018, veintiséis en 2019 y veintiséis en esta última edición con perspectivas de aumentar puesto que acaban de terminar la formación.
La conclusión que se desprende de esta experiencia es la importancia del apoyo a proyectos de estas características que se ajustan a las necesidades de estas personas con alguna vulnerabilidad y que las sitúa en desventaja por razón de género.
El desarrollo de este Plan se financia con cargo a los presupuestos de la Concejalía de Educación, Igualdad, Juventud e Infancia, si bien desde 2019 también se viene financiando con cargo a los fondos del Ministerio de Igualdad para el desarrollo del Pacto de Estado en materia de violencia de género.