Puntas de flecha, cuentas de collar o cráneos que presentan patologías e intervenciones sorprendentes son algunas de las reproducciones que componen la muestra, promovida por el catedrático de la UVa Manuel Rojo Guerra.
Este miércoles 16 de junio, a partir de las 11 horas, se inaugurará en la antigua Torre de la Iglesia de Reinoso (Burgos), rehabilitada como edificio de usos múltiples, un museo que recoge maquetas y réplicas 3D de los principales objetos y restos humanos recuperados por la Universidad de Valladolid (UVa) en el dolmen ‘El Pendón’, situado en el entorno de la localidad. Se trata de uno de los escasos monumentos megalíticos documentados en la comarca de La Bureba y el único que ha sido objeto, hasta el momento, de una excavación arqueológica.
La inauguración de esta exposición correrá a cargo de la viceconsejera de Universidades e Investigación y Comisionada para la Ciencia y la Tecnología de la Junta de Castilla y León, Pilar Garcés; el director General de Patrimonio de la Consejería de Cultura y Turismo, Gumersindo Bueno, y el vicepresidente de la Diputación de Burgos, Lorenzo Rodríguez.
En los distintos pisos de la torre se ha establecido un recorrido museográfico por la historia del pueblo. En concreto, en el tercer piso, desde donde se divisa el monumento de origen neolítico en proceso de investigación, se ha ambientado toda la historia del dolmen con unas impresionantes imágenes del proceso de uso y clausura del mismo.
La exposición muestra unas magníficas maquetas de cómo era el yacimiento antes y después de su excavación, junto con reproducciones exactas de diverso material arqueológico recuperado, en el que se incluyen réplicas 3D de restos humanos y algunos objetos como láminas de sílex, puntas de flecha o cuentas de collar, componen esta muestra permanente.
La Jornada inaugural se iniciará con la intervención del alcalde de Reinoso, Roberto Zuñeda, y del Catedrático de Prehistoria de la Universidad de Valladolid (UVa) y director del proyecto de investigación del dolmen, Manuel Rojo Guerra. Después, el arquitecto Óscar Adrián Dosio y el restaurador Daniel Sanz Platero realizarán una visita guiada.
Visitas a lo largo de todo el mes de julio
A lo largo del mes de julio se retomarán los trabajos de excavación en el monumento en lo que será la sexta campaña ininterrumpida, dada la importancia tanto de la arquitectura del dolmen como de los restos humanos -más de 100 individuos-exhumados hasta el momento y que aún se encuentran en proceso de investigación.
Asimismo, el equipo de investigación dirigido por Manuel Rojo Guerra en colaboración con la investigadora Juan de la Cierva Cristina Tejedor Rodríguez y la investigadora Predoctoral Sonia Díaz Navarro, quienes también desarrollan su labor en la UVa, realizará visitas guiadas todos los días a las personas interesadas en conocer las particularidades del dolmen así como los trabajos de investigación que allí se realizan.
Las excavaciones en el dolmen están financiadas por el propio Ayuntamiento de Reinoso con la colaboración de la Diputación Provincial de Burgos y la Junta de Castilla y León.
Más de 12.000 restos óseos localizados
Los trabajos realizados hasta la fecha han permitido reconstruir la compleja biografía de este dolmen que originalmente debió tener unos 25 metros de diámetro y cerca de tres de altura. Su devenir temporal engloba dos momentos principales de utilización: un primero de cronología neolítica, que se corresponde con la fase de construcción y primeros usos funerarios del sepulcro; y un segundo, ya a inicios del periodo calcolítico, en el que se ha documentado un complejo proceso de remodelación y clausura que tuvo como resultado la completa transformación del monumento, tanto en su faceta arquitectónica como su funcionalidad y significación socio-cultural.
Los datos avalan la riqueza de este dolmen tanto en términos cuantitativos como cualitativos: el número de cráneos localizados supera ya el medio centenar y el total de restos humanos alcanza la sorprendente cifra de 12.000. El buen estado de conservación del conjunto óseo ha permitido al equipo recuperar ciertas partes esqueléticas que normalmente no se conservan o aparecen completamente deterioradas –como varios huesos hioides, cartílagos tiroides osificados propios de personas de avanzada edad y huesos del oído como el martillo, yunque y estribo-, así como identificar diversas patologías. Es el caso del cráneo de una mujer mayor –de alrededor de 50 años- que presenta dos perforaciones en las mastoides y que pudo ser intervenida para solucionar problemas de otitis en el oído medio (colesteatoma).
Otro rasgo singular de este monumento es la abundancia de restos pertenecientes a individuos infantiles y juveniles, ya que estos grupos de edad suelen presentar una baja representatividad en este tipo de contextos funerarios.