David Herrero / ICAL

‘Infectum’. La relación con el territorio como objeto de análisis constituye una preocupación de absoluta vigencia en la creación contemporánea, que se plasma en tres miradas diferentes sobre un espacio vital compartido por razones biográficas, desplegadas sobre el análisis de un tiempo presente.

El Museo de Palencia acoge la exposición, acuñada con el término en latín, que reúne sendos proyectos de Javier Ayarza, Ana Frechilla y Ana Marcos, premiados en sus tres primeras ediciones con las Becas de Creación Artística Contemporánea de la Fundación de Castilla y león por la provincia de Palencia. Una muestra enmarcada en la programación del Festival ‘PallantiaPhoto’.

En esta triple propuesta pueden observarse diversos hilos conceptuales que conectan la práctica documental de la fotografía y del vídeo desde diversas perspectivas y posicionamientos personales.

Es decir, la “desolación de las calles vacías” del medio rural capturadas desde hace años por Ayarza, la “violencia latente” en todo el territorio retrospectivo que realiza Frechilla, a partir de una industria histórica en activo, y el ámbito digital como dispositivo de encuentro social imaginario de Marcos.

Geografía



En primer lugar, Javier Ayarza concibe su proyecto ‘Geografía’ como un “exhaustivo registro fotográfico” que, con la asepsia propia de un inventario, clasifica todo tipo de infraestructuras y artefactos de carácter público relacionados con la comunicación existentes en los pueblos que integran las comarcas de Tierra de Campos y Cerrato.

Señala a la Agencia Ical que “se ve muy poco trabajo”, ya que ‘Geografía’ se conforma por más de 3.000 fotografías que, a su vez, se integran en ‘Archivo Territorio’, un trabajo de largo recorrido iniciado en 2016 que revela la parálisis de la agonizante meseta castellana. Y es que, el proyecto ‘Geografía’ se centra en aquellas infraestructuras que marcan las relaciones de comunicación del ser humano, tanto "de información como físicas".

“Entre ellas se encuentran apeaderos de trenes, estaciones de autobuses, señalética informativa o prohibiciones de localidades”. Es decir, todo aquello que “tenga que ver con la información, pero desde una perspectiva relacionada con un análisis antropológico y económico”, quien añade que se establece “una vista no hegemónica para desviar la mirada del espectador hacia elementos que procura no ver”.

Por su parte, Ana Frechilla muestra ‘Niebla’, que es un proyecto de 2018 en el que usa imágenes propias, así como otras de archivo, para tratar la temática de la Fábrica de Santa Bárbara, que es la Fábrica de Armas de Palencia, pero “relacionado con el territorio, a través de la memoria histórica y cómo llegó esa factoría en 1937”. 

Explica que la memoria se centra en los huesos y en los restos de personas fusiladas, además de fotografías de mapas históricos de los años 40. Hay una parte de la exposición en pared y otra en el suelo, ya que Frechilla utiliza la vista cenital, también conocida como la vista de pájaro o militar, al ser “la única forma de dominar un territorio, que es la vista original de como se verían esos huesos y esos paisajes”.

“Siempre había tenido curiosidad por esa fábrica, porque está dentro de la ciudad y siempre había pasado por delante de ella”. “Me resultaba y me resulta paradójico que sea la fábrica más antigua que todavía siga en vigencia, además de ser la más querida. No me parece mal, pero es una fábrica de armas, lo que también da para pensar la razón por la que se tolera”, asevera.

Paisajes observables



En tercer lugar, se posiciona ‘Paisajes observables’, un proyecto que “intenta proponer al espectador que participe y cohabite con el territorio, tanto con la muestra de una serie de paisajes que se van componiendo de manera aleatoria como por otras personas que han participado previamente en el proyecto y han cedido su imagen para ofrecer al visitante de la exposición la oportunidad de cohabitar dicho territorio”.

Ana Marcos detalla a Ical, que las personas cuando se aproximan a una instalación audiovisual observan un paisaje que, en este caso, “es un lienzo digital conformado por la combinación de diversas secuencias de vídeo que se han grabado por toda la provincia, en lugares que no son los conocidos por el turismo, sino bastante anónimos”.

“Esa combinación queríamos que fuera ficticia, por lo que no todas las cosas que salen en los paisajes son reales. Hay árboles o montañas que no deberían de estar ahí”. De tal manera, se representa así “la transformación en el tiempo del paisaje, que siempre se piensa que es estático y no lo es”, agrega.

Por otro lado, el proyecto cuenta con las personas. "Salen descontextualizadas de sus pueblos y de sus entornos para aparecer en otros emplazamientos para intentar cohabitar todos dentro de la misma provincia, con las cuatro comarcas diferenciadas”. 

Apunta que “lo último es la sorpresa del espectador que al visualizar el trabajo en la exposición, y en un momento dado, es grabado en tiempo real con una cámara que incorpora a dicho visitante a la proyección para que también cohabite el paisaje con el resto de participantes”. 

En ese sentido, subraya que se ha grabado principalmente en Buenavista de Valdavia, Monzón de Campos, Vertavillo y en Celada de Roblecedo, al ser los municipios de procedencia de los vecinos. Aun así, a mayores, destacan hasta en 30 localizaciones diferentes de la provincia, puntualiza a Ical.