El que fuera agente de seguros en Boecillo (Valladolid) Óscar F.M ha reconocido haber estafado más de 195.000 euros a un amigo en 2012 tras ofrecerle un ficticio producto en forma de fondo de inversión, confesión que ha llevado a la Fiscalía a rebajar la petición de condena a tres años de cárcel, frente a los cinco que pedía inicialmente.
Ante la confesión de los delitos por parte del encausado, para quien, no obstante, la acusación particular mantiene su petición de seis años y nueve meses de prisión, la vista oral del juicio ha quedado circunscrita al capítulo indemnizatorio.
Así, las acusaciones pública y particular mantienen que los más de 195.420 euros que el acusado incorporó a su propio patrimonio, en lugar de invertirlos en favor de su cliente y amigo, deberán de ser reintegrados, como responsable civil directo, por la sociedad Cealex Siglo XXI, de la que Óscar F.M. era administrador único, y, como responsable subsidiario, por parte de Zurich, compañía para la que trabajaba como agente exclusivo, y ello con la lógica oposición de los letrados de ambas compañías.
En su reconocimiento de culpa, el acusado, en declaraciones recogidas por Europa Press, ha recordado que en todo momento ofertó a su cliente y amigo un producto "ficticio" que no comercializaba Zurich y obtuvo ilícitamente más de 195.000 euros, parte en mano y el resto mediante cargos realizados en la cuenta de la víctima, que no destinó al fin ofertado.
En su descargo, Óscar F.M, el mismo que ya fue condenado en 2020 a cuatro años y nueve meses de cárcel por estafar a medio centenar de clientes en la formalización de seguros y con otra condena por hechos similares en Santander, ha alegado que por aquellas fechas atravesaba por una "delicada situación personal y adicciones distintas", hasta el punto de que le impedían controlar sus actos y le mantenían como "en una burbuja".
La víctima del delito de estafa y otros tres de falsedad en documento mercantil ha indicado que el ocupante del banquillo era, sobre todo, un amigo con el que incluso se había ido de vacaciones y que, dado que ya había concertado con él otros seguros sin problema alguno, le "embaucó" con un producto del que le dijo que obtendría el doble o triple de rentabilidad que en un banco, del 4,4 por ciento.
La amistad existente entre ambos y, además, la confianza de que tras el acusado se hallaba una compañía de la solvencia de Zurich, ya que el agente operaba desde una oficina en Boecillo con publicidad de la compañía, fueron las razones principales para que la víctima no llegara a imaginar el "calvario" que le esperaba.
"Éramos grandes amigos y me embaucó"
"Llegamos a ser grandes amigos, tenía una fe ciega en él, pero me embaucó. Tras percatarme del engaño, todo fueron largas y largas por su parte. Menudo calvario que he pasado yo y mi familia de sufrimiento y depresión", ha lamentado el estafado.
También ha declarado, pero por videoconferenica, el director de la Red del Canal Agentes en España de Zurich, propuesto por dicha compañía pero cuyo testimonio han hecho suyo tanto el fiscal del caso como la acusación particular para mantener su responsabilidad civil subsidiaria respecto de la reclamación civil.
Y es que el testigo, aun cuando ha aseverado que el fondo de inversión ofertado por el acusado no se encontraba en la lista de productos de la aseguradora, sí ha declarado que el encausado, como agente exclusivo que era, estaba "sometido al control de la compañía y sus directrices" y, además, era objeto de controles periódicos, de ahí la responsabilidad civil subsidiaria que las acusaciones imputan a Zurich.
Los hechos de la presente causa se remontan al 25 de septiembre de 2012 cuando el acusado recibió en mano 20.000 euros iniciales de la víctima y más tarde cargara en su cuenta, entre el 26 de septiembre del mismo año y el 27 de diciembre de 2013, diversos importes por otros 175.420 euros, cargos que fueron autorizados por el cliente con destino a un fondo de Bolsa que no existía.
El acusado no contrató fondo alguno e incorporó la totalidad del dinero del cliente a su propio patrimonio, como él mismo ha reconocido. Pero además, Óscar F.M. está también acusado de haber elaborado y entregado a su víctima tres documentos falsos relativos a las condiciones de la falsa inversión en los que aparecía el membrete de la compañía para la que trabajaba.