La ONG Médicos sin Fronteras, a la que pertenecía María Hernández, asesinada en Etiopía, ha condenado duramente el brutal asesinato de los tres cooperantes españoles. La ONG señala en un comunicado que es "hoy es un día terrible de duelo. Condenamos con dureza el ataque que ha costado la vida a tres de nuestros compañeros y sufrimiento a sus familiares y seres queridos, y que tendrá consecuencias dramáticas para la asistencia a las poblaciones a las que María, Yohannes y Tedros servían."

Médicos sin Fronteras aporta nuevos datos de los cooperantes asesinados. "Trabajaban en Tigray, una región azotada por el conflicto bélico. Nada de lo que escribamos servirá para transmitir toda nuestra tristeza e indignación. Transmitimos nuestro pesar más profundo y condolencias a sus familias y seres queridos".

"María Hernández era una de nuestras coordinadoras de emergencia en Tigray (Etiopía), Yohannes Halefom Reda era asistente de coordinación y Tedros Gebremariam Gebremichael trabajaba como conductor. Perdimos contacto con ellos y el coche en el que viajaban ayer por la tarde y esta mañana el vehículo ha sido hallado vacío y, a unos metros de distancia, sus cuerpos sin vida".

La ONG expresa totalmente conmocionada que "condenamos este ataque a nuestros compañeros en los términos más rotundos y no pararemos hasta esclarecer lo sucedido. María, Yohaness y Tedros estaban allí ayudando a la población y es impensable que hayan pagado con sus vidas por ello. Estamos en contacto estrecho con sus familiares y pedimos el máximo respeto para los mismos. También estamos en contacto con todas las autoridades pertinentes

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María Hernández, de 35 años de edad y originaria de Sanchotello (Salamanca) pero residente en Madrid,  inició su trabajo en MSF en 2015 en la República Centroafricana y desde entonces había trabajado en Yemen, México y Nigeria. Yohannes Halefom Reda, asistente de coordinación etíope, tenía 31 años y se había unido a la organización en febrero. Tedros Gebremariam Gebremichael, también etíope de 31 años, llevaba como conductor de MSF desde mayo.

"La muerte de María, Yohannes y Tedros supone un golpe devastador para todas las personas que formamos parte de la organización tanto en Etiopía como en el resto de los países donde MSF opera. Compartimos una profunda tristeza, indignación y consternación y lo sentimos muchísimo por sus familias", concluye la ONG.