La vicepresidente primera del Gobierno, ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Carmen Calvo, anunció hoy que la ley de Memoria Democrática “estará en días en el Consejo de Ministros” y afirmó que se abrirá un debate en el trámite parlamentario para que “todos se retraten”.
Calvo cerró esta tarde en Valladolid el acto en el que se presentó la ponencia de Memoria Democrática que se llevará al 40 Congreso del PSOE, previsto para el mes de octubre, y en cuya elaboración en el capítulo “Justicia, Memoria Democrática, Regeneración. España Constitucional” ha participado la concejala en el consistorio vallisoletano Ana Redondo.
“La memoria histórica no está caduca, es una materia que tiene detrás mucho dolor”, sostuvo la vicepresidenta, que añadió que esta ley, “que en pocos días se colocará en el trámite parlamentario, amplía y mejora el camino iniciado con la norma de 2007, aprobada por el Gobierno de Rodríguez Zapatero.
Calvo argumentó que en el debate se verá a la derecha que “se coloca de perfil, que dice que no toca y es antiguo”, en referencia al Partido Popular, y “la otra” que “reivindica el franquismo, la dictadura y que el Gobierno de Franco era mejor”, en alusión a Vox.
Precisamente, se dirigió al PP para afirmar que cuando dice que éste es un debate antiguo "se lo digan así a las personas que tienen a familiares en las cunetas sin identificar y a quienes han peleado por los derechos y las libertades". “¿De qué concordia, de qué libertad hablan? Aquí tenemos que caber todos, también los que están en las fosas”, aseveró.
Calvo manifestó que el futuro no se puede construir sin justicia, sin llegar a la paz y el perdón y sostuvo que “flaco favor” se hace a los que pelearon por la libertad, pero tampoco a los jóvenes que hay que entregar el relevo de “un país decente, ordenado y en paz”.
La vicepresidenta reivindicó la tradición socialista por los derechos, libertades y por la memoria que es recordar contra la violencia, a la vez que rechazó la España de la Plaza de Colón en la que se divide a los “españoles de bien y de mal, y se consideran propietarios de la España correcta y el resto son una anomalía”.
“Queda mucho por hacer, hay miles de compatriotas desaparecidos”, subrayó, para indicar al PP que diga a sus familias que no son españoles, por lo que abogó por contar con los recursos y las normas para su reconocimiento. A ello, unió que con esta ley España se homologará a las democracias con una larga tradición.
Respecto de la ley, manifestó que traza, en la línea de lo defendido por el presidente de la Segunda República, Manuel Azaña, un reconocimiento a quienes han peleado por los derechos, devuelve mensajes necesarios de que somos grupos y no olvida el papel de las mujeres, con una “mirada de género”.