En un marco incomparable como son las ruinas de la Colegiata de Santa María La Mayor, en la catedral vallisoletana, el TAC ha arrancado una sesión matutina cargada de espectáculos, diversión y calidad.
La compañía de Circo catalana ‘Eia’, ha representado ‘Espera’, una función que aúna, por un lado sonidos, con protagonismo para los cencerros que han sido repartidos entre un público que ha interactuado con los dos protagonistas y por otro acrobacias, que han hecho las delicias de niños y mayores en esta soleada mañana de jueves en la ciudad del Pisuerga.
El espectáculo se convierte, cuando el límite entre el escenario y el público desaparece, en una ocasión para compartir una experiencia colectiva para que los desconocidos se miren y escuchen sus cuerpos.
‘Espera’ es un espectáculo de circo participativo en el que el público asistente es invitado, de manera sensible y muy sutil, a vivir cerca de las acrobacias que ocurren en escena en una atmósfera que transporta a un lugar fuera de tiempo, formado por gestos simples. Los acróbatas se convierten en artesanos del movimiento y aparecen paisajes perdidos, llenos de acciones humanas y encuentros sinceros.
La sensibilidad se vuelve una herramienta indispensable para alcanzar la confianza del espectador, lo que ha hecho que este haya vibrado, y de qué manera, a ritmo de cencerro y acrobacias en el pistoletazo de salida a una jornada llena de espectáculo en Valladolid.
El TAC avanza y tomas las calles de la ciudad del Pisuerga, llenando de colorido y cultura cada uno de sus rincones.