Son imprescindibles en el sistema sanitario, se entregan a los demás a diario, con cada paciente y completan una labor que va más allá de la sanitaria, la humana. Aunque las auxiliares de enfermería no siempre cuentan con el apoyo profesional y social que merecen. Hoy, 14 de Julio se conmemora el Día Internacional del Auxiliar de Enfermería, profesionales que velan sin descanso por el apoyo y los cuidados que necesita cada paciente ingresado.

El Español-Noticias de Castilla y León habla con Julia Gómez, una Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería de 52 años con más de tres décadas de experiencia en el sector. Nos cuenta sus impresiones y cómo ha vivido en primera línea una pandemia que colapsó por completo el sistema sanitario.

En el peor momento del coronavirus, Julia recuerda el miedo, la incertidumbre y el nerviosismo, pero ni las lágrimas ni las muertes fueron impedimento para dejarse la piel por y para sus pacientes. Con más de treinta años de experiencia jamás pensó en vivir algo similar, "en nuestra planta el médico tenía que elegir a quién bajar a la UCI para darle una oportunidad". Cruda realidad que vivió junto a sus compañeras mientras, en los pasillos esperaban los pacientes para ser atendidos. "En menos de dos horas pasaban de estar bien a necesitar oxígeno o ser intubados. Con este virus no hay que relajarse, las UCIs están empezando a llenarse de gente joven, 37, 40, 26 años...", asegura la sanitaria.

En primera línea de batalla, en estrecho contacto con pacientes Covid durante la primera ola, Julia no se contagió. "Es curioso, porque tengo la pauta completa desde marzo, pero hace un mes me contagié, mi marido y mis hijos también y no sabemos cómo", explica la auxiliar, quien pide una y otra vez precaución y responsabilidad a toda la sociedad. "En nuestras manos está".

Pregunta - ¿Cuándo empezaste a trabajar y por qué?

Respuesta - Desde que tengo uso de razón, por vocación y entrega. Hace más de treinta años que empecé como auxiliar, aunque no siempre he estado en hospitales, he hecho asistencia a domicilio y he trabajado en residencias. Es complicado trabajar de continuo, las enfermeras ahora tienen mucha suerte porque las llaman por la situación que hay. Siempre he estado en el Río Hortega, el viejo y el nuevo, y llevo ya cuatro años en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid después de mucho esperar, por fin tengo trabajo continuo.

P- ¿A qué tipo de pacientes atiendes?

R- En la séptima norte del Hospital Clínico, en Cardiología. Son pacientes mayores y nunca hay una cama libre, aunque estamos notando que a raíz del Covid y los trombos que provoca este virus, atendemos cada vez más a gente joven.



P- ¿Os sentís valorados en vuestro trabajo?

R- No, y es algo que tiene que cambiar, merecemos más respeto por parte del resto de profesionales del sector y por parte de la sociedad. No nos pagan el solape, que es el cambio de turno con las compañeras para informar sobre el estado de los pacientes y en cambio a las enfermeras sí, no entendemos esas diferencias y es algo que debe cambiar.



P- ¿Cómo habéis sobrellevado este año y medio?

R- Te apoyas en ser profesional en tu trabajo. Hemos llorado mucho, porque ha habido momentos en los que lo hemos pasado realmente mal, solo esperamos que la gente nos valore y que se enteren de que no somos ‘limpiaculos’, somos ‘limpialágrimas’ en muchos momentos y para muchas personas.



P- ¿Cómo ha sido para vosotros como auxiliares vivir la pandemia en primera línea?

R- Organizamos todo en muy poco tiempo y durante la primera ola fue muy complicado, no sabíamos qué hacer y cada día decían una cosa. En cuatro días pasamos de ser zona limpia a subir pacientes Covid, que estaban hasta en el pasillo. Fue realmente triste. Veías a matrimonios, familias, que estaban ingresados y nos preguntaban por sus familiares, muchas veces había que mentir para que no se hundieran. Después nos han llegado muchas muestras de agradecimiento.

P- ¿Te has contagiado?

R- Sí y es curioso, porque tengo la pauta completa desde marzo y no me lo cogí estando en el peor momento de la pandemia, en primera línea con los pacientes, pero hace un mes me contagié, mi marido y mis hijos también y no sabemos cómo, pero afortunadamente fueron síntomas leves como los de un pequeño constipado.



P- Momentos muy duros profesionalmente…

R- Sin duda, profesional y personalmente muy complicados. Hemos visto cómo en dos horas un paciente pasaba de estar bien a empeorar mucho. Había que correr, poner más oxígeno o intubar y en nuestra planta el médico tenía que elegir a quién bajar a UCI para darle oportunidad.



P- ¿Qué papel desempeña el auxiliar de enfermería dentro de un hospital?

R- Somos importantísimas y nos valoran muy poco. Formamos parte de un papel muy importante, el de la atención cercana y humana. Hacemos el aseo personal de cada paciente, les damos de comer si no pueden, les tomamos la temperatura, cogemos las diuresis, administramos la medicación que mandan las enfermeras, les cambiamos de postura y, sobre todo, les transmitimos cariño y tranquilidad a cada uno de ellos de una forma cercana. Muchas veces somos su apoyo, hay situaciones muy duras detrás de las personas.



P- ¿Dirías que esto estamos volviendo a la situación vivida meses atrás?

R- Sí. Las UCIs están empezando a llenarse de gente joven, 37, 40, 26 años… es terrible. Nos estamos relajando mucho y no nos lo podemos permitir. El bicho sigue ahí y es muy fácil llevar a cabo ciertos comportamientos, como ponerse la mascarilla, no entrar en discotecas, estar al aire libre y no acercarse mucho a personas sin mascarilla porque el bicho te come, vienen cepas muy fuertes que van variando.

P- ¿Temes un nuevo colapso?

R- Estamos a tiempo de evitarlo siguiendo sencillos comportamientos, todo dependerá de la responsabilidad de la gente. Está en nuestras manos.