Puntual. Así de rotunda se define la actriz asturiana Beatriz Rico nada más comenzar la conversación con El Español-Noticias de Castilla y León a la hora exacta acordada. Ni un minuto se demoró el encuentro, de igual modo que tampoco lo hizo su primera sonrisa que trasciende los kilómetros y la mera presencia. “No me gusta hacer perder el tiempo al resto”, desliza entre esa vis cómica que saca a relucir sin pudor alguno, orgullosa de poder aprovechar el altavoz y la notoriedad pública que se ha “ganado a lo largo de los años” y sobre el cual entiende que “no utilizarlo para hacer llegar un mensaje, sería desaprovecharlo”.
“Quiero que la gente se ría tanto como yo”, asevera Rico, a la vez que asegura que la redacción de su primera novela, ‘De miss a más sin pasar por Albacete’, le motivó para levantarse “todas las mañanas durante el confinamiento de marzo del año pasado, cuando todo cambió”. Confiesa que, al escribir, “se es dueña de las historias”, algo que le ayudó a, cuando peor lo pasaba día tras día sin poder salir de casa y tenía “miedo durante las dos o tres primeras semanas”, sacar a relucir su mensaje de “humor hasta en la peor de las circunstancias”.
“Fueron muchas las señales para que comenzara, una de ellas era que mi marido siempre me dejaba en la mesa una libreta y un boli”, -porque ella es escritora a la antigua usanza-, “hasta que un día, miré de reojo, entré en un estado catártico y, al despertar de él, tenía la mano dormida, el primer capítulo escrito y una historia por contar”, relata emocionada. Aunque está viva, Rico asegura que se sintió imbuida por el “espíritu de J.K. Rowling”, la afamada escritora de la saga fantástica de ‘Harry Potter’.
Durante toda la charla cae, de soslayo, la sensibilidad que Beatriz Rico vuelca en cada una de sus acciones, desde los vídeos críticos, salpicados con un humor latente, en sus perfiles personales en redes sociales, hasta los muchos proyectos en los que está embarcada. Uno de ellos, desvelado en primicia a este diario, es el de la adaptación teatral del filme ‘Campeonas’. La versión teatralizada se representará bajo el título de ‘Campeonas’, dirigida por ‘Chete Guzmán’ y con un elenco que contará con la propia Beatriz Rico, además de Anna Marchessi, Javier Capitán y Jaime Borromeo.
Es uno de sus numerosos puntos en el horizonte pero, también, tiene en marcha la gira ‘Palabras encadenadas’, que este fin de semana hace escala en el palentino emplazamiento de Herrera de Pisuerga con su monólogo ‘Antes muerta que convicta’. Allí, por la mañana firmará ejemplares de su novela y por la noche, para su actuación remarca que la gente pasará “un día cachondo”. Es edificante ver cómo lo que otra gente pueda calificar de ‘clliché’ para Rico no es más que “el mejor pago” por su trabajo: la gratitud de la gente tras su actuación. Además, destaca que, durante la performance, realiza un aparte y se sienta para “dejar atrás al personaje, volver ser a Beatriz Rico y departir con los asistentes como en una tranquila velada”.
Un tema que sobrevuela en la mente de la sociedad es, en cierto modo, cómo ha afectado la pandemia a su solvencia, algo en lo que la propia actriz, confiesa, ha tenido “suerte”, debido a la naturaleza de sus actuaciones, “sin tener que contratar escenarios o montajes más complicados y costosos para los teatros”. No obstante, advierte de la necesidad de que compañeros del mundo de la cultura, tanto actores como, sobre todo, técnicos, sean escuchados. “La cultura y tantos otros gremios, de igual modo que la hostelería, también ha sufrido, mis propios compañeros han llorado y no han sido escuchados”, denuncia, justo antes de sentenciar que le “sentó mal que las ayudas estatales para el mundo de la cultura no se derivaron a los técnicos”.
A la actriz asturiana se le seca el habla al hablar de su querida Pilar Bardem, de quien revela que es una persona “muy creyente, siempre, en el camerino, estaba rodeada de sus santos”. Tal es el afecto que expresa por quien fue de su propia familia durante tres años que bautizó a su propio hijo con una concha que ella le regaló. “Era una persona que desprendía una dulzura, generosidad y, sobre todo, tan respetuosa, que jamás… jamás daba un consejo si no se lo pedías”, reflexiona una muy emocionada Rico. La califica como un “remanso de paz”, alguien que, tras doce horas de rodaje, con todo el equipo agotado, hacía por “mantener la magia y animar a todos”.
El adalid de la cordura en cada respuesta, en cada reflexión, cierra la charla con una sonrisa que no se ve, pero se intuye, puntual a su cita con otra de sus pasiones, el deporte que, igual que la escritura, le “salvó durante lo más crudo de la pandemia”.