La desaparición de un niño siempre encoje el corazón. Nadie puede olvidar la sensación de angustia cuando le llega la noticia de que una familia o los Servicios Sociales ha perdido la pista de un menor. Tenemos la memoria llena de casos como el de Gabriel, Marta del Castillo, Yeremi Vargas o las pequeñas Anna y Olivia. Historias que no acabaron bien y que todos hubiésemos deseado que no tuvieran ese desenlace. Nadie puede imaginar el terrible dolor que supone para familiares, tutores y amigos la desaparición de un niño o niña, pero sí sabemos lo fundamental que son las primeras horas y la difusión por parte de todos de la imagen y descripción de estos pequeños para conseguir dar con su paradero.
Hace solo unas semanas Ávila se estremecía con el secuestro a manos de su madre de una pequeña de apenas cuatro años. La rápida colaboración ciudadana y de los medios de comunicación era fundamental para que Aileen Lora volviera sana y salva y pudiera ser acogida de nuevo por los Servicios Sociales de Castilla y León. Una historia que sí tenía un final feliz y que a buen seguro desean también las familias de Judith, Camelia, Melchor y Aidan.
Estos cuatro niños están oficialmente desaparecidos en el territorio de Castilla y León. La Guardia Civil y SOS Desaparecidos mantienen la alerta para continuar con su búsqueda y cada caso se estudia de manera individualizada. Una tarea que se gestiona desde el Centro Nacional de Desaparecidos de España, un organismo pionero en Europa para coordinar la información sobre personas desaparecidas. De hecho, las desapariciones de menores son una de las cuestiones que mayor calado tienen para este centro, y por ello cuentan con un número específico para dichos casos: el 116000. Este teléfono es estándar para toda la Unión Europea para casos de niños desaparecidos, cuya gestión se realiza por la Fundación ANAR. Es gratuito, confidencial, activo las 24 horas todos los días del año, opera en todo el territorio nacional, tiene servicio de tele traducción y está atendido por profesionales: psicólogos, abogados y trabajadores sociales.
Las Fuerzas de Seguridad, asociaciones y entidades locales están coordinadas y volcadas al detalle para dar con el paradero de estos cuatro menores desaparecidos en nuestra Comunidad. La última en sumarse a esta lista es Judith Peinador Castañeda, de 14 años, y cuya desaparición se denunciaba el pasado 24 de julio de 2021. A esta joven se le perdía la pista en Grijota (Palencia), si bien no es la primera vez que Judith desaparece de su domicilio. El 2 de junio de 2021 la Fundación Anar y el CNDE ya anunciaban su desaparición junto a una amiga de la misma edad, las cuales aparecían días más tarde en Palencia capital. La joven mide 1,55 metros, pesa 40 kilos, es de complexión normal, tiene los ojos castaños y el pelo marrón y largo.
Más compleja y misteriosa fue la desaparición de Camelia Simona Melu, una joven de 15 años que residía en Nava del Rey (Valladolid) desde hacía dos años. La joven de origen rumano desaparecía el 9 de julio de 2019, tras salir de su vivienda que comparte con su madre Blasbu, su hermana Denisa, su tía Camelia y sus cuatro primos a las 23 horas. Camelia llevaba un pantalón, chaqueta negra con una franja fluorescente rosa y una blusa blanca. La menor cenó, se arregló y salió de la casa sin móvil ni cartera asegurando que había quedado para dar un paseo con su amiga Alexandra. Pero nunca volvió a casa. A partir de ahí dos años sin más pistas que el relato de un amigo que la llevó hasta el puente de Tordesillas, donde supuestamente había quedado con un novio. La joven compartía su teléfono móvil con el resto de la familia, pero los investigadores no han conseguido más datos de esa supuesta pareja de Camila con quien había quedado en la vecina Tordesillas. Su familia imploraba hace un año que no se cesara en su búsqueda y defienden que no se trata de una chica problemática y que habitualmente salía sin ese móvil familiar y sin cartera por el pueblo. La joven mide 1,65 metros, es de complexión delgada, pesa 55 kilos, tiene el pelo largo, castaño y liso y los ojos marrones.
Un caso bien distinto es el de Melchor Bueno Guisado, también de 15 años, y al que se le perdía la pista el pasado 18 de mayo de 2021 en Ávila capital. El joven no regresaba del instituto a su casa de acogida, donde se mantiene en tutela por los Servicios Sociales. Todo apunta a que se trata de una desaparición voluntaria puesto que, los educadores que lo atienden daban con él en un primer momento y trataban de convencerlo para que regresara, pero este emprendía su huida a la carrera. Por ahora se cree que podría encontrarse en la vivienda de algún amigo en la propia ciudad, pero se mantienen abiertas todas las hipótesis. Melchor es moreno, con el pelo liso, corpulento y los ojos negros.
Y por último está el caso de Aidan de Diego Pérez, de 13 años, que mide 1,75 metros y pesa 70 kilos, además tiene el pelo y los ojos castaños. El joven de origen canario desaparecía en Soria capital el pasado 25 de mayo de 2021 y fue el Centro de Menores de Cruz Roja de Soria donde llevaba dos días alojado, quien denunciaba su desaparición. Las investigaciones apuntan también a una desaparición voluntaria, puesto que el joven canario ya había protagonizado hechos de este tipo en los centros de menores de otras provincias.
El Centro Nacional de Desaparecidos de España recuerda que las denuncias por desapariciones tienen que interponerse en el plazo más breve posible, desde el conocimiento de la desaparición. Por dicho motivo, no debe esperar 24 horas para denunciar la desaparición de una persona. Además, recuerdan que al presentar una denuncia, y con el objeto de facilitar la búsqueda y localización de una persona, se deberá aportar toda la información que sea requerida por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad encargados de la investigación. Es de vital importancia que se aporte:
- Nombre, apellidos y fecha de nacimiento de la persona desaparecida.
- Día, hora y lugar en el que se produjo la desaparición o fue vista por última vez.
- Descripción física (estatura, peso, color de pelo y de los ojos, etc.), y vestimenta (ropa, joyas, gafas, etc.), que usaba en el momento de la desaparición.
- Una fotografía reciente.
- Si padece enfermedades neurodegenerativas, presenta alguna discapacidad (Psíquica, Física, Sensorial e Intelectual), o falta de autonomía, (edad avanzada, dificultad de desplazamientos, deficiencias físicas, problemas médicos, etc.).
- Si sigue un tratamiento médico o debe tomar medicamentos que le son vitales para su vida.
- Cualquier otro dato que considere relevante, según cada caso concreto