Emilio Álvarez Villazán es un hombre de partido. Un político de raza que tiene el PSOE grabado muy a fuego. Con apenas 30 años ya estaba embarcado en esta aventura política y, precisamente, es esa larga experiencia de servidor público la que le aporta una solidez propia de los políticos de antes. En la actualidad ocupa la Subdelegación del Gobierno en Valladolid, pero ha caminado por todos los terrenos políticos: comenzó siendo concejal y alcalde de Tordesillas, fue diputado provincial y ocupó escaño en el Congreso y el Senado, entre otros cargos. 

Es dialogante, no concibe ser apolítico y tampoco escapa de ninguna de las peleas del Partido Socialista. Pero entiende que una vez pasan las disputas, hay que aceptar los resultados y estar incondicionalmente con quien gane. Dice sentirse totalmente identificado con el Gobierno de Pedro Sánchez y si no lo estuviera asegura que presentaría su dimisión inmediata. 

Muy querido entre la familia socialista, Emilio confía en que Luis Tudanca pueda repetir los resultados electorales de las pasadas elecciones y ganar al PP. “Si una vez lo hicimos ¿por qué no lo vamos a poder hacer otra vez?”, augura. De hecho, la tozudez de Tudanca con la mirada puesta en Castilla y León pudo ser el motivo porque el que rechazara un Ministerio ofrecido por Pedro Sánchez, si es que eso llegó a pasar. Además, conoce bien a otro socialista que probó suerte en Castilla y León, ahora convertido en la mano derecha del presidente del Gobierno. De Óscar López destaca su gran capacidad de gestión y ve “acertado y necesario” el cambio realizado por Sánchez tras nombrarlo jefe de Gabinete en sustitución de Iván Redondo. Considera muy positivo que Castilla y León se pueda beneficiar del conocimiento que el político segoviano tiene de esta tierra.

¿Cómo lleva un hombre de partido como usted ocupar este cargo en la Subdelegación del Gobierno con menos batalla política?

Soy un hombre de partido, creo en los partidos y en que son la única forma para articular la participación ciudadana, al menos la mejor, y son totalmente imprescindibles en una democracia. No entiendo a la gente que es apolítica, eso no existe en el momento que vives en sociedad. Tienes que ser político y tomar una opción de las distintas alternativas que se ofrecen para resolver los problemas de los ciudadanos. Puedo alardear de que haya pasado lo que haya pasado, me considero una persona del PSOE, llevo toda mi vida militando en el partido. Siempre he sabido que los objetivos que se pretendían eran los que me convencían, nunca he tenido dudas a la hora de trabajar.

¿Cuál es su seña de identidad en la política?

He sido siempre una persona dialogante, en Tordesillas siempre goberné con IU y con el apoyo del CDS. No tuve ningún problema en hacerlo, el entendimiento que hubo fue muy gratificante. Y en la etapa actual, la colaboración con el delegado territorial de la Junta ha sido excelente y ejemplar, en la primera etapa de la pandemia cuando coordinaba yo tuve su colaboración incondicional, y después, al asumir él esa responsabilidad de las medidas y la vacunación, me he ofrecido para colaborar en todo lo posible.

Se rumoreó que Luis Tudanca, buen amigo suyo, rechazó un Ministerio por entregarse a Castilla y León, ¿cree que hizo lo correcto y cuán difícil lo tiene el socialista burgalés para llegar a la Presidencia de la Junta?

Si le ofreció un Ministerio o no seguramente solo lo pueden aclarar el presidente del Gobierno o él. Pero sí me cuadra que Tudanca, al que conozco muy bien y con el que tengo muy buena amistad, es muy tozudo en este sentido y que si él se ha propuesto que su meta es Castilla y León quiera intentar ganar al PP como ya ganó en las elecciones anteriores. Si una vez lo hicimos ¿por qué no lo vamos a poder hacer otra vez? Con la gestión que está haciendo la Junta, él tiene fundadas esperanzas para poderlo conseguir. Por tanto, sí creo que Tudanca se quiera quedar aquí y espero que se pueda repetir el mismo resultado.

Precisamente otro socialista de Castilla y León al que usted conoce bien, Óscar López, es ahora la mano derecha de Pedro Sánchez ¿qué aportará a esta nueva etapa del presidente del Gobierno?

Es un cambio acertado y necesario, todos tenemos nuestro desgaste y se empieza una nueva etapa en la que hacían falta personas diferentes. Es una decisión del presidente cambiar a sus equipos, a pesar de que a Pablo Casado le parezca raro que los ministros se nombren a dedo. Estoy muy contento porque conozco mucho a Óscar López y tiene una gran capacidad de gestión allá donde ha estado, lo ha demostrado en Paradores y todo el mundo alaba su gestión. Es un gran gestor, el puesto le viene muy bien.

¿Cree que beneficiará a Castilla y León?

Para Castilla y León es bueno que la mano derecha del presidente del Gobierno sea una persona conocedora de la realidad que hay en esta tierra y él la conoce mejor que nadie. El tiempo que estuvo aquí en Castilla y León se implicó a tope en solucionar los problemas. Otra cosa es que electoralmente no nos fuera como pensáramos, pero esos son los ciudadanos los que deciden, ahí no tenemos nada que objetar. Me he alegrado mucho y nos beneficiaremos de ese conocimiento que tiene y esa dedicación que siempre ha tenido por esa tierra.

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Usted no ha esquivado ninguna guerra socialista, ¿se sientes identificado con el PSOE de Pedro Sánchez?

He estado en todas las peleas en las que ha habido división de opiniones para ver quién podía dirigir el partido. Y una vez ha pasado la pelea, he estado incondicionalmente con quien ha ganado, me parece que ese es el sistema de funcionar en un partido. No podemos estar en guerra permanente. Hay que aceptar los resultados democráticos y si gana una opción que no es la tuya, no cabe otra, mi opción es seguir trabajando porque es lo que han elegido los compañeros del partido. Me siento totalmente identificado con el Gobierno de Sánchez, en el momento que no lo estuviera, presentaría mi dimisión de manera inmediata.