El pasado viernes, 20 de agosto, cientos de litros de leche llegaban hasta el corazón de Valladolid para ser regalados a aquel que quisiera, para protestar por los “irrisorios precios de venta de leche” que reciben los ganaderos de Castilla y Léon, como aseguraban los sindicatos agrarios UPA-COAG y ASAJA en el lugar.
El martes, El Español Noticias de Castilla y León charlaba con Enrique Alonso Olea, el administrador del rancho Guareña Hermanos Olea Losa sobre una explotación equipada tecnológicamente con sistemas novedosos para sacar el máximo rendimiento posible a la producción, eso sí, teniendo muy en cuenta el bienestar animal y también nos ha querido ofrecer su opinión sobre la polémica del precio de la leche que se extiende ya desde hace años.
“Si la leche más vendida en España es la de bajo precio, no es culpa de la industria ni de la distribución, es la leche que quiere el consumidor. Él tiene la capacidad de decidir dónde gastar su dinero y su decisión afecta mucho al sector primario. Si quieres bienestar animal, compra leche que remunere correctamente al ganadero y tendrás bienestar animal”, asegura Enrique.
Nuestro entrevistado nos pide que imaginemos a un ganadero que tiene una producción de 2.000 litros al día, entregando 60.000 al mes. Afirma que si le bajan el precio de la leche tres céntimos rebaja sus ingresos mensuales en 1.800 euros y que “buscará mantener el nivel de ingresos metiendo más vacas para ordeñar” lo que hace que “aumente el hacinamiento, perjudicando el bienestar animal en su granja” para convertirla en “menos eficiente porque aumentan los costes de producción”. “Esto es lo que se conoce como huir hacia delante”, asegura.
“Si por el contrario, en lugar de bajar, el precio sube, mejora sus ingresos. Por lo tanto, no aumentará el número de vacas y podrá, si lo desea, invertir en bienestar animal para, a más largo plazo, mejorar la eficiencia de su granja produciendo lo mismo pero con menos vacas y éstas estarán en mejores condiciones ya que reduce los costes de producción”, afirma.
Nuestro entrevistado destaca que cuando se analiza el sector lácteo “se ve que el eslabón más débil de la cadena es el ganadero y la industria y la distribución repercuten sobre la presión de venta”. La distribución compite entre sí por vender la leche y bajan el precio lo que transmite la presión a la baja a la industria que es más débil y de la industria llega al ganadero. “Todos mantienen márgenes pero el ganadero puede entrar, incluso, en pérdidas vendiendo la leche por debajo de los costes de producción”, añade Enrique.
“Los ganaderos tienden a demonizar a la industria y a la distribución, pero la realidad es que si nosotros estuviésemos en su lugar, a lo mejor hacíamos lo mismo, no podemos esperar que ellos se preocupen por nuestro negocio”, finaliza.