Los patios segovianos centran la atención del público en cada edición de 'Titirimundi'. Espacios como el Jardín del Museo Esteban Vicente donde hasta mañana se siente como en casa el titirietro vasco Nartxi Azkargorta, que cuenta desde hace más de dos décadas su propia compañía ‘Txo Titelles’. A Segovia trae un historia muy suculenta, gracias a la historia del cocinero frustado y friegaplatos vocacional ‘Armando Rissotto’.

El público ha vuelto a responder en una nueva edición de 'Titirimundi' (ICAL)

Titirimundi sirve en bandeja este espectáculo infantil que demuestra el gran talento de este titiritero, que lleva a su personaje a crear su propio menú con los ingredientes que ha encontrado en la cola del paro y dedicado al mundo del espectáculo.

Azkargorta aporta a su público un gran poder energético, para “liberar las toxinas de la rutina diaria” y dejar “una sensación de bienestar y felicidad”. De entrantes, rápido y ligero flameado de Monociclo René Bombier; de primer plato, ensalada de cantautor a la vinagreta Menudo Tremendo; de segundo plato, Mil hojas de ahumados Mágicos, por Mario Esconde; en el postre, Marie Albacete, con su crema musical con bombones de licor. Para cerrar, con “un café de altos vuelos en una nube de mar”, con Air Martias.

Dentro del propio Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente, la compañía ‘Matita’ de Eslovenia presenta en esta trigésimo quinta edicion de Titirimundi, dos montajes. Los primeros días con ‘Little Night Tales’ y el domingo, en la jornada de clausura ‘E beh? Or Pulcinella’.

‘Matita teatro’ de Eslovenia con ‘Little night tales’ (ICAL)

Matija Solce es músico, titiritero, actor y director, así como profesor de teatro de títeres. Le viene de familia, es hijo del titiritero Bruno Solce. Por su formación, en sus espectáculos conecta estrechamente la música y el teatro. Titirimundi recibe a este artista que, con su acordeón y su maleta llena de títeres viaja por todo el mundo. En ‘Little Night Tales’, personajes, con mucho humor negro, títeres que se mueven con la ayuda de mecanismos de animación inventados y construidos por el propio autor.

Un dúo inseparable



Patios, teatros y terrazas de la ciudad del Acueducto viven inmersos en estos días de magia e ilusión. Titirimundi vive su segunda edición fuera de la primavera, a finales del verano, y con todos los protocolos y medidas de seguridad. Además hace una invitación, con dos pases diarios, para descubrir, con una visita guiada, que Segovia es Titirimundi y Titirimundi es Segovia.

Gracias a Castellum Free Tour, Sonia y Lola, proponen ver la ciudad a través de los ojos de Titirimundi, esos ojos abiertos como platos para embeberse de lo maravilloso de la celebración de la Vida, para “no tener miedo de tocar lo profundo, el corazón, la oscuridad, la alegría, lo extraordinario, las emociones, el juego, el misterio de la poesía”.

Una hora y cuarto, para sentir los escenarios del festival y al mismo tiempo en la historia de Segovia, para saber cómo surgió Titirimundi, los orígenes del títere, las diferentes técnicas, lo tradicional y vanguardista de este arte. 35 años de Titirimundi dan para mucho, para ver cómo los niños se convierten en adultos, y traen a sus familias porque ya están enamorados de los títeres y del fenómeno Titirimundi.