En el marco de la Semana de Acción contra la Ganadería Industrial que se celebra estos días, la organización medioambiental Greenpeace España ha lanzado su nuevo informe “Macrogranjas, veneno para la España rural. Efectos ambientales de la ganadería industrial”, en el que desvela la expansión descontrolada de la ganadería industrial en España y su enorme impacto ambiental.
Entre las principales conclusiones del informe destacan los más de 910 millones de animales sacrificados en 2020 en España o que en el período de 2016-2020 la producción de carne aumentó un 16,2 %, alcanzando un total de 7,5 millones de toneladas en 2020. La producción de alimentos de origen animal derivada de esta inmensa cabaña ganadera está teniendo efectos nefastos para el medio ambiente, algo que el análisis de Greenpeace deja claro.
Castilla y León se caracteriza por ser la tercera comunidad autónoma con mayor producción de alimentos de origen animal, sólo por detrás de Galicia y Cataluña, con un total de 1.753.336 toneladas en 2019 y en particular la segunda en producción de lácteos con 838.456 toneladas. Con casi 1,5 millones de vacas, Castilla y León es la comunidad autónoma con el mayor censo de vacuno y la tercera en cuanto al censo porcino. Pese a los problemas que de aquí derivan, la cabaña ganadera aumentó un 12 % y un 19 % respectivamente para estas especies desde 2015.
Esta inmensa producción ganadera industrial tiene graves consecuencias ambientales y quedan claras al ser Castilla y León la tercera comunidad autónoma con mayor generación de gases de efecto invernadero provocadas por la ganadería (10,5% del total). Otro grave problema que ocasiona la ganadería industrial es la contaminación del agua por nitratos y en Castilla y León en el periodo de 2016-2019 la superficie declarada como Zona Vulnerable a Nitratos se ha más que duplicado, siendo la comunidad autónoma donde más ha crecido la superficie con esta designación.
Este lunes la Comisión Europea publicó su informe de seguimiento de la Directiva de Nitratos y ha vuelto a insistir en la gravedad de la situación y a remarcar que es necesario “hacer más contra la contaminación por nitratos”, ya que en la última década se ha avanzado muy poco. La Comisión señala claramente a la ganadería como la principal responsable de esta contaminación, ya que “es responsable del 81 % de la aportación del nitrógeno agrícola a los sistemas acuáticos”. En el informe se vuelve a llamar la atención de España, incluyéndonos entre el grupo de países que se enfrentan a los mayores desafíos para afrontar este problema. Según este informe, España tiene “un problema sistémico para gestionar la contaminación por nutrientes procedentes de la agricultura” y debe “adoptar con urgencia medidas adicionales para alcanzar los objetivos de la Directiva”.
Es de destacar también que Castilla y León ha sido la única comunidad autónoma que no ha contestado a ninguna de las solicitudes de información de Greenpeace les ha hecho respecto a la ganadería.
“Ni un gramo más de CO2 ni una vaca más en intensivo. Proyectos faraónicos como el que la empresa Valle de Odieta SCL tiene planeado para la macrogranja de las 23.520 vacas de Noviercas, más de 20 veces la capacidad máxima establecida en el borrador de este Real Decreto de ordenación de las explotaciones de bovino que prepara el Ministerio de Agricultura, no tienen ningún sentido. Castilla y León debe blindarse a la ganadería industrial y lo debe hacer con urgencia”, ha declarado Luís Ferreirim, responsable de agricultura de Greenpeace España.
Demandas de Greenpeace
La organización ha incluído en su informe las siguientes demandas para poner fin a la ganadería industrial y sus consecuencias ambientales:
-Poner en marcha una moratoria estatal y/o moratorias regionales a la ganadería industrial de al menos cinco años: ni explotaciones nuevas ni ampliaciones de las existentes
-Reducir gradualmente la cabaña ganadera en intensivo hasta alcanzar un 50 % menos en 2030
-Adopción de una nueva regulación de nitratos que permita reducir al menos un 50 % las emisiones de nitrógeno para 2027, teniendo como referencia el año 1996
-Establecer una carga ganadera máxima de 1,5 UGM (unidades de ganado mayor) por hectárea a nivel provincial
-Establecimiento de un impuesto en origen a las emisiones contaminantes de la ganadería industrial (gases de efecto invernadero, nitrógeno, amoniaco…)
-Prohibir la publicidad de productos alimentarios insostenibles, tal como los provenientes de la ganadería industrial, e insanos como las carnes procesadas y rojas
“El avance demencial de las macrogranjas en España está provocando consecuencias que se tardará décadas en revertir. El informe que ha presentado hoy Greenpeace muestra que actuar ya y poner en marcha medidas urgentes que frenen en seco la ganadería industrial y reduzcan el número de animales en intensivo no es una opción, es una necesidad de vital importancia que tendría efectos muy beneficiosos para el clima, la biodiversidad, el agua, el bienestar animal y la vida en los pueblos”, ha concluido Ferreirim.
Mañana, 15 de octubre, tendrán lugar movilizaciones regionales contra la ganadería industrial en al menos 50 localidades de España. En Castilla y León las movilizaciones tendrán lugar en Valladolid, Segovia, Soria, Ólvega, Noviercas, Peroniel, Muro, Ágreda, Recuerda, Mazalvete, Herrera del Pisuerga, Meneses de Campos, Faramontanos de Tábara y Fuensaúco.