Las empresas distribuidoras de Castilla y León comenzaron esta semana a quedarse sin stock de marcas populares de bebidas alcohólicas en sus almacenes, tal y como señala, en declaraciones a Ical, el socio de la Asociación de Distribuidores de Bebidas de Valladolid (Adibeva), Francisco Herrera.
Hasta el día de ayer, las distribuidoras mantenían ‘stock’ en sus almacenes pero se han ido “quedando sin él” y falta “muchísimo género” desde este martes, según precisó Herrera, que calificó la situación como “la tormenta perfecta” al deberse a un cúmulo de circunstancias entre las que enumeró “el Brexit, la bajada de producción por el confinamiento y los cierres en la hostelería, la falta de transportistas, la subida del gasoil y la luz, y la falta de vidrio”.
De hecho, el socio de Adibeva revela que en Los Ángeles “hay 300.000 contenedores parados” con ginebra de la marca Seagram’s en ellos, dispuesta para ser embotellada, pero al no haber vidrio en las fábricas embotelladoras de Europa y subir el precio del transporte marítimo un 250 por ciento en las últimas semanas, ha provocado un freno en el mercado por el que las empresas distribuidoras de Castilla y León ahora no tienen producto de marcas tan conocidas como Seagram’s. Beefeater, Ballantine’s, Johnnie Walker, Absolut, Cacique o Captain Morgan, según revela Herrera.
“Es un efecto dominó, después de estas irán el resto o productos como el champán, que tampoco hay por la falta de vidrio”, mantiene Francisco Herrera. Este último material es el que llega de China a Europa para poder envasar las bebidas espirituosas procedentes de Estados Unidos y Gran Bretaña, principalmente, y que hoy escasea, entre otras razones, por “la guerra comercial de China con el resto del mundo”.
Una táctica para incrementar los precios
El socio de Adibeva afirma que en toda esta situación “entra la parte de la estrategia comercial para subir los precios”, de modo que “alguien se va a hacer multimillonario” con una crisis que no solo afecta al sector de las bebidas alcohólicas: “Es un problema general de mercado, porque los contenedores parados no solo tienen bebidas, y la situación ya la está sufriendo otro sector como el de los automóviles por la falta de suministro de semiconductores”.
De hecho, Herrera apunta a China como causante, afirmando que “nos hemos acostado al regazo de los asiáticos y lo estamos pagando”, porque aunque “es verdad que ha habido una eclosión de mucha demanda de bebidas alcohólicas en el mundo entero al quitar las restricciones, es algo que en otros casos se solventa con el tiempo pero, en este caso, la incertidumbre mayor es que no sabemos cuándo se va a recuperar el ritmo normal porque aunque las direcciones comerciales de las multinacionales piden paciencia, ninguna garantiza nada”.
Primera voz de alarma
En la misma línea se mueve el presidente de la Confederación de Hostelería y Turismo de Castilla y León, Fernando de la Varga, que aunque apunta que, por el momento, en los establecimientos de hostelería de la Comunidad “el impacto es minoritario” y se circunscribe más a “marcas con un volumen de ventas residual”, este tipo de fluctuaciones se ven “cuando el mercado va a incrementar los precios de ese producto de manera exponencial”.
Se trata así, según De la Varga, de “una primera voz de alarma” que ya se dio en verano con la crisis de los semiconductores y que ahora llega al sector de la distribución de bebidas alcohólicas por “el desabastecimiento de vidrio”, que está provocando “ciertos temores” ante los que, no obstante, el presidente de la Confederación de Hostelería y Turismo de Castilla y León se muestra “cauto” porque, por el momento, “solo alguna marca concreta ha dejado de servir”.
En cualquier caso, De la Varga llama a “mirar con expectación el mercado” para ver si la falta de distribución puede afectar a la campaña de Navidad o si puede ser “una maniobra de las grandes cadenas distribuidoras para aumentar el precio” después de esta crisis de materias primas.
Por el momento, el presidente de la Confederación de Hostelería y Turismo de Castilla y León percibe los primeros síntomas de “un resfriado” pero que aún queda ver, con el paso del tiempo, si “es una neumonía” que pueda “llevar a la UVI al sector”, por ese temor al encarecimiento “al final de toda esta crisis”.
Y es que, como el socio de Adibeva, Francisco Herrera, relata a Ical, “es muy pronto” para saber el impacto numérico que podría tener esta crisis en ambos sectores. “Estamos finalizando octubre y hasta ayer no hemos tenido una excesiva falta de producto”, por lo que no será hasta finalizado el mes de noviembre, o incluso en enero tras la campaña navideña, cuando se pueda “cuantificar”.
No obstante, Herrera espera que la crisis “dure poco” o que, al menos, las marcas que han dejado de distribuir “vayan reponiendo al ritmo que puedan” porque sería “un alivio para todo el mundo”, dado que “tras dos años sufriendo muchísimo, y ahora que nos han dejado trabajar, sería un duro golpe no tener mercancía para la campaña de Navidad”.