J.A. / ICAL.- El Bono Rural de Transporte Gratuito elevó un 42% el número de viajeros del Transporte a la Demanda en el primer trimestre de este año, lo que supone 17.777 reservas más que en el mismo periodo de 2021, lo que para la Consejería de Fomento y Medio Ambiente demuestra la “buena acogida” de esta iniciativa cuyo despliegue está a punto de concluir con la incorporación de tres zonas en Burgos -Treviño, Medina Pomar y Valle de Mena-.

En ese sentido, el departamento que dirige en funciones Juan Carlos Suárez-Quiñones hace el primer balance de esta iniciativa cuyo despliegue se inició en marzo de 2021 en Fuentes de Oñoro (Salamanca) y finalizará en las próximas semanas con la implantación del bono en la totalidad de la provincia burgalesa. Un año después de arrancar ha logrado superar las cifras de usuarios registradas en 2019, previas a la pandemia del COVID-19

“Está funcionando bien”, destacaron a Ical fuentes de la Consejería de Fomento, que remarcaron el impulso dado a la movilidad rural ya que permite viajar de forma gratuita a todas las personas que se decanten por el Transporte a la Demanda. Aunque no era el objetivo inicial, el aumento del 42 por ciento ha superado las previsiones iniciales, que no contemplaban un gran incremento, más allá de la mejora del servicio.

Este bono, que ha convertido en gratuito el Transporte a la Demanda, estará disponible una vez se cierre su extensión en 6.200 poblaciones y 1.900 rutas, que beneficiarán a 1,2 millones de habitantes, así como a los turistas u otras personas que lo utilicen. El coste para las arcas de la Comunidad se situará este año en los 600.000 euros, a lo que se unen los seis millones de euros de la subvención al déficit de explotación. Sin esta financiación de la Junta, el coste de los billetes sería aproximadamente de entre diez y 12 euros.

La llegada del bono ha sido un catalizador de las reservas en Ávila, León y Salamanca, donde los incrementos fueron en el primer trimestre del 57, el 51 y el 50 por ciento. Le siguieron Segovia con un 40 por ciento; Zamora, con un 37 por ciento; Palencia, con un 35 por ciento; Valladolid, con un 33 por ciento, y Burgos y Soria, con un 23 por ciento en ambos casos.

De esta forma, las reservas crecieron en 4.857 en León, así como en 3.515 en Ávila y en 3.454 en Salamanca. Menor fueron los aumentos absolutos de Burgos (1.315), Zamora (1.305), Valladolid (1.260), Palencia (970), Segovia (609) y Soria (492). De esta forma, se alcanzaron las 14.397 en la provincia leonesa y los 10.360 en la salmantina.

Destaca la acogida del servicio en la zona de Saldaña (Palencia), con un crecimiento del 243 por ciento hasta las 240 reservas; de Valencia de Don Juan (León), con una subida del 153 por ciento, hasta las 293; de Ledesma (Salamanca), con un avance del 198 por ciento, hasta las 244; de San Pedro del Arroyo (Ávila), con un incremento del 115 por 100, hasta las 112; de Sepúlveda (Segovia), con un despegue del 111 por ciento, hasta las 319, o de Espinosa de los Monteros (Burgos), con un aumento del 59 por ciento, hasta las 334.

Reserva

Esta iniciativa inició en marzo de 2021 en Fuentes de Oñoro, municipio fronterizo con Portugal, su implantación para dar servicio a 17 municipios, en los que residen 14.000 personas. Para utilizarlo es necesario tener una tarjeta física, sin caducidad y límite, cuyo coste es de cinco euros para garantizar su conservación, o descargarse una aplicación para móviles sin coste alguno.

Los usuarios tienen que haber hecho una reserva de su viaje en la web de Transporte de Castilla y León o en el número gratuito 900 204 020. A partir de eso, accederán al autobús y acercarán la tarjeta al terminal del conductor o el código de barras, disponible en la aplicación móvil. De esta forma, no se abona el billete, ya que es gratuito el servicio para todo los ciudadanos, incluso turistas, familiares o personas con segundas residencias en la Comunidad.

Salto en la movilidad

Este bono, junto con los cambios tecnológicos, suponen un salto en la movilidad rural que hasta ahora se ofrecería en Castilla y León con el Transporte a la Demanda, un sistema de gestión de los servicios de transporte público regular de uso general de viajeros por carretera, mediante el cual su prestación efectiva se hace depender de una solicitud previa del usuario. De hecho, ha ahorrado 2,5 millones de litros de combustible y 7,3 millones de kilómetros de viajes (el 75 por ciento menos que un servicio regular, convencional o presencial) y se han dejado de emitir a la atmósfera 10.000 toneladas de CO2, ya que si no hay reservas el servicio no se presta y en el caso de que se preste sólo se haría en las localidades en las que hay reserva, sin obligación de entrar en el resto de las localidades de la ruta.