La vendimia en Castilla y León entra en su recta final con buenas expectativas de producción y calidad a pesar de la sequía y el estrés hídrico sufrido por las viñas este año. A pesar de que algunas denominaciones de origen ya avistan la línea de meta y a otras aún las quedan semanas para dar por cerrada la recogida de uva, la Comunidad ya empieza a hacer balance de un 2022 marcado por la ausencia de lluvia y tormentas puntuales que, no obstante, han contribuido a un mejor estado sanitario de la uva.
Así, Rueda terminará su vendimia esta próxima semana. El director general del Consejo Regulador, Santiago Mora, asegura que lo hará con una “producción récord” debido a la cosecha de nuevas hectáreas que se plantaron en los últimos años, además de la lluvia que “no ha llegado” en términos generales, pero con una tormenta el 28 de agosto que mejoró los rendimientos. A ello se suma el gran peso que han tomado en la DO las viñas en regadío, que cubre las necesidades de agua que podrían tener.
Mora recuerda, en declaraciones a Ical, que al principio de la vendimia las perspectivas a causa del “estrés hídrico y las olas de calor” no eran positivas y existía “preocupación”, con una campaña adelantada, “más que nunca”, “pero fue algo circunstancial porque al final los tiempos de maduración han sido los mismos que otros años”.
En todo caso, advierte que una parte de los más de 140 millones de kilos que han entrado hasta ahora en bodega “lo hacen descalificados, no tiene derecho a DO”. Aún así, se batirá el anterior récord, que data de 2018, cuando se recogieron 125 millones de kilos calificados.
En una de las campañas más largas que se recuerdan en Rueda, que se irá a 50 días, Mora justifica que ésta ha sido “muy asimétrica, con maduraciones diferentes”, lo que “ha complicado el año”, si bien ve el vaso medio lleno, pues cada añada “define la personalidad final del vino” y la de 2022 se caracterizará por una vendimia “atípica”, cuyo estado sanitario de la agua es “estupendo”. “Ahora, a esperar y ver si los aromas que se desarrollan se mantienen”, expone.
63 millones de kilos ya en bodega
El presidente del Consejo Regular de Ribera del Duero, Enrique Pascual, cifra en 63 millones de kilos los que están recogidos en la zona, si bien no se atreve a dar el dato de la superficie vendimiada para vaticinar una estimación final. De esa cantidad, 61 millones corresponden a tinto y casi dos, a blanco.
En 2021 se recibieron 110 millones de kilos, entonces un 10,7 por ciento menos que en 2021 (132,2 millones), con una campaña que se extendió por 53 días, cuando este año va justo un mes tras iniciar los trabajos las primeras bodegas el 30 de agosto. “No tenemos claro que vaya a ser más larga la vendimia que otros años. Un mes y medio suele durar habitualmente la campaña”, asegura a Ical.
Igualmente, subraya el estado sanitario “perfecto” de la uva a causa de la sequía. De hecho, destacó que “no suelen registrarse problemas otros años, y este, menos”.
Viñas “numantinas”
En la misma línea se ha mostrado la vendimia en la DO Toro, donde tras seis olas de calor el sector vaticinaba, con las primeras pesadas, que la producción podría bajar un 20 por ciento. “Pero en agosto las plantas aguantaron de forma numantina y han sido capaz de metabolizar los ácidos en azúcares, no solo por deshidratación, sino en el ciclo vegetativo. No se han visto muy afectadas por la sequía. De alguna manera la planta ha respondido muy bien”, sentencia el presidente del Consejo Regulador, Felipe Nalda, quien pronostica que las 5.400 hectáreas alcancen de nuevo el entorno de los 23,5 millones de kilos de la última campaña, ya que a día de hoy han entrado en bodega más de 16 millones y la vendimia ya ha atravesado su ecuador. Toro cuenta con una producción “bastante estable, que no baja de los 20 millones de kilos” en los últimos años.
De las 63 bodegas, seis ya han cerrado al recoger el cien por cien, pero otras siete aún no han comenzado. Lo habitual en Toro es cerrar hacia el Pilar, el 12 de octubre.
Nalda explica que en la DO el año ha sido muy seco, concretamente un 66 por ciento por debajo del anterior. Como ejemplo, señaló que se han recogido entre 130 y 150 litros por metro cuadrado frente a los 327 del año pasado, es decir, “sobre un tercio de la campaña anterior”.
Esto ha provocado que la planta puede “quedarse débil por la sequía y como tiene memoria, el año que viene posiblemente nos encontremos que pague este estrés hídrico e interfiera en la producción”. A ello se une que se prevé un otoño “peculiar, sin muchas lluvias, con altibajos de calor y frío”, precisa Nalda, quien no se muestra partidario del cambio climático, sino de “ciclos de varios años, como ha sucedido históricamente en Toro”.
Vendimia mermada pero gran calidad
En la DO Bierzo ya asumen una vendimia más mermada que la de 2021 justo en la semana en la que se por finalizada. Frente a los 12 millones de kilos recogidos el pasado año, esta campaña rondará los 11, “pero con una uva muy sana que dará grandes vinos”, según apunta a Ical el responsable de Comunicación del Consejo, Ricardo Rodríguez, quien achaca esta evolución a los “problemas” de sequía y tormentas puntuales en la comarca, además de los “destrozos” causados por los jabalíes en las viñas, que han aumentado en población debido a los incendios causados este verano en montes altos.
Rodríguez señala que la producción en Bierzo es muy asimétrica dado que es “casi todo minifundio”, al repartirse entre 1.078 viticultores y 75 bodegas las 2.250 hectáreas calificadas. “Esto provoca que tengamos un poco de todo: unas parcelas dan a la cara norte y otras al sur”, expone. La altura de los viñedos oscila entre los 355 metros sobre el nivel del mar y los 1.000, con una edad media de 75 años en las cepas.
La viña ha aguantado en Cigales
Por último, la directora técnica del Consejo Regulador de la DO Cigales, Águeda del Val, destaca que el grueso de la vendimia es precisamente este fin de semana y que, tras iniciarse el 5 de septiembre, alguna bodega la extenderá hasta mediados de octubre. De las 32 registradas, 22 ya han terminado y una decena aún continúa abierta. A 1 de octubre, la cosecha es de 7,8 millones de kilos, con lo que, según Del Val, rondará finalmente los ocho millones. “Será un cosechón, pero la sequía ha fastidiado bastante”, advierte.
En declaraciones a Ical recuerda que de un tiempo a esta parte Cigales siempre se sitúa en el entorno de esta cifra, con 8,2 millones de kilos hace dos años y 7,9 el pasado.
Este año ha habido superficie que se ha podido regar pero la sequía ha provocado que los grados “estén bastante altos y la acidez baja, algo lógico”, por lo que los enólogos “han trabajado en bodega porque la climatología se ha dado así”. En todo caso, destaca que la viña “ha aguantado la sequía lo indescriptible, pero las uvas, cuando van sufriendo el calor, van tirando de las hojas hasta que se les permite”.
También aplaude las condiciones sanitarias “muy buenas”, sin apenas tratamientos. Incluso, los viñedos viejos, “los que más podrían preocupar por la sequía, se han comportado de forma genial porque al tener raíces más largas han aguantado la escasez de humedad”.