No cabe duda de que la Familia Real española atraviesa momentos complicados a causa del fallecimiento de Constantino de Grecia. Sin embargo, ni siquiera esto ha paralizado la agenda institucional del Rey Felipe VI. Tanto es así, que este martes 17 de enero, el jefe de Estado se ha dejado ver en Salamanca, hasta donde se ha trasladado para inaugurar el nuevo Hospital Universitario de la capital charra en compañía del presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y la ministra de Sanidad, Carolina Darias, entre otras autoridades.
Esta ha sido, sin duda, una de sus apariciones públicas con mayor trascendencia mediática de los últimos tiempos, ya que ha sido la primera que ha realizado tras reunirse con su familia, casi al completo, en Atenas y con motivo de la despedida del hermano de la Reina Sofía, fallecido el pasado 10 de enero a los 82 años de edad tras varios días ingresado en el hospital, y a causa, según apuntan varios medios locales, de un posible derrame cerebral.
La muerte de Constantino ha sido, precisamente, lo que ha propiciado el que se ha convertido en el primer encuentro de la Familia Real española de los últimos tres años, pues la última vez que se sabe que el Rey compartió tiempo y espacio con sus padres y sus hermanas al mismo tiempo fue durante el funeral de la Infanta Pilar, celebrado en el monasterio de El Escorial en enero de 2020. Aun así, cabe destacar que no es el primero en tres años que se produce entre Don Felipe y Don Juan Carlos, ya que padre e hijo ya mantuvieron un encuentro a puerta cerrada en mayo, durante la única visita del emérito a España tras su salida de Abu Dabi, y coincidieron también el pasado mes de septiembre en el funeral de la Reina Isabel II.
Una vez más, el dolor que ha generado en cada uno de los integrantes de la Familia Real española la pérdida de un ser querido, como era Constantino, ha servido para volver a juntarlos de nuevo dejando a un lado las discrepancias que se sabe que existen entre ellos, destacando por encima del resto las que enfrentan a Felipe VI y al Rey Juan Carlos desde la marcha de este último a Abu Dabi, fundamentalmente, a causa de las presuntas irregularidades con las que llevaba tiempo siendo relacionado.
De este modo, el marido de la Reina Letizia ha podido volver a ver a toda su familia unida, a excepción de la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, las grandes ausentes de esta escapada familiar que ninguno de ellos hubiese deseado realizar. Sin embargo, ha resultado imposible conseguir una fotografía de los Borbones juntos, pues el protocolo ha impedido su reaparición conjunta frente a los medios de comunicación.
El hecho de que se hayan realizado distinciones en función del lugar que ocupan los diferentes miembros de familia, ha provocado que Felipe y Letizia hayan tenido que alojarse en un hotel diferente al de los Reyes eméritos, las Infantas y los hijos de estas, así como que las llegadas a los diferentes actos y eventos organizados con motivo del fallecimiento de Constantino se hayan producido en tiempos diferentes siguiendo el orden protocolario, y que en el funeral hayan estado separados. Pese a ello, el reencuentro más esperado de los últimos tiempos ha dejado de ser un deseo de los más monárquicos para pasar a convertirse en una comentada realidad que hoy sigue trayendo cola.