Carmen Salvadores es leonesa y con tan solo 25 años ha logrado formar parte de la historia de la investigación. Su vida siempre ha estado en la ciudad castellana y leonesa, pero cuando se hizo más mayor buscaba un cambio de aires, un sitio más grande, que le terminó llevando a Londres. Allí se formó en ingeniería mecánica y continuó con el doctorado.
Esta posibilidad le salió gracias a una beca que le dieron donde le pagaban parte de la universidad y un dinero todos los meses. La carrera la hizo porque le gusta “el mecanismo de las cosas, la física”; aunque reconoce que no lo tenía “muy claro”. Sin embargo, la cursó y le encantó.
Llevan casi tres años con un proyecto de investigación que consiste en diseñar un guante con sensores para facilitar los partos complicados. Todo comenzó hace años cuando en su universidad crearon un centro de colaboración entre ingenieros y médicos. El supervisor que le llevó su Trabajo Fin de Grado entró en el proyecto. Carmen explica que hubo varias reuniones y en estas conversaciones “surgió la idea de crear un guante como los quirúrgicos pero que tuvieran sensores en la punta de los dedos para que dieran más información en tiempo real a los médicos”.
El objetivo de este gran avance es que cuando los partos sean más complicados, los médicos puedan tener más información sobre ellos. “La idea es que el médico tenga su propia percepción porque son muy finos y flexibles, esta es una de las ideas, que el médico pueda sentir todo lo que de normal siente y a la vez tener información extra”, cuenta la leonesa.
Esos datos adicionales irán a una pantalla de manera “visual y rápida” debido a urgencia del momento. Los números se terminarán convirtiendo en un dibujo donde podrán observar “si están en la parte anterior o posterior de la cabeza” y, de forma independiente, “si están aplicando demasiada fuerza”.
"Tres años de mucho trabajo" para poder tener un boceto. Su principal trabajo ha sido el diseño de los sensores en sí y hacer los test con la médico principal, Shireen, que ha desarrollado el proyecto. De la parte técnica “aún no podemos hablar mucho” sobre los detalles, pero espera que pronto se pueda dar más información sobre los sensores y todo lo que pueden ofrecer en los partos.
Han estado trabajando muchas personas en esta investigación y les gustaría ver “hasta dónde llega”. Por ahora, afirma que tienen que seguir “mejorándolos” pero espera que esta primera idea sirva de “pilar” para que haya “más investigación”. La idea es que puedan disfrutar de ellos todos los médicos del mundo, pero todo depende de “cómo funcione”.
Por ahora solo los han probado con prototipos de cabeza de bebé que tienen en el laboratorio, pero en el futuro lo harán en “partos reales” y, en base a los resultados que ofrezcan, podrán saber su resultado y si tienen que “mejorar el diseño o algunos aspectos”.
Falta de financiación
La falta de financiación es una realidad que infinitos investigadores, ingenieros o físicos, entre muchos otros, lamentan. Son miles los que cada año se tienen que ir a otros países para poder desarrollar su trabajo. Carmen Salvadores vive en Londres, pero conoce a muchas personas que han hecho la carrera en Castilla y León y no tienen las mismas posibilidades.
Pone el ejemplo de un proyecto que se realiza en todas las escuelas de ingeniería que es hacer un coche de la Fórmula 1. Luego van todos a una carrera, que es el circuito de Silverstone. “La financiación que se da en Inglaterra, Holanda o Alemania no tiene comparación. Allí no hay financiación. Es muy triste”, afirma la leonesa.
Por ahora, se siente “muy a gusto” en Londres, pero tiene claro que volverá a su ciudad natal: “Allí está mi familia y lo echo de menos”. Por otro lado, asegura que en León tiene mucha “más seguridad y calma”. Bajo su punto de vista, Londres es una ciudad “más estresante y menos segura”.