El acto tan simple y cotidiano de montarse en un automóvil, encender el motor y meter primera se puede convertir en un todo un suplicio. Esto en el mejor de los casos, en otros, es incapaz de ponerse al volante. Es lo que se reconoce como amaxofobia, o lo que es lo mismo, el miedo a conducir.
Por suerte, existen cursos que permiten luchar contra este tipo de fobia. Stop Accidentes son los encargados de ponerlos en marcha y Ana María Blasco, una salmantina, que ha participado en ellos. “Me temblaba todo el cuerpo cuando me montaba en el coche y era incapaz de aumentar la velocidad. Toda las noches miraba en Internet la previsión meteorológica porque tenía miedo a cualquier imprevisto”, así es la vida de una persona con amaxofobia y que se ve obligada a conducir todos los días. En su caso por cuestiones laborales ya que trabaja en Ávila. Además, su caso es “atípico”, como reconoce ya que es psicóloga y trabaja en el servicio de atención de Emergencias 112.
Una fobia que tiene su nacimiento en una imagen del pasado que le ha marcado. La muerta de su abuela al ser atropellada por un coche en 2012. Posteriormente sufrió un accidente de tráfico y se salió de la carretera por culpa de una granizada. Estos dos ingredientes han provocado en ella un coctel explosivo que hace que Ana María haya vivido “con miedo” durante muchos años. Recuerda que tenía taquicardias y sudoración, cada ves que se montaba en su vehículo, por supuesto, con las manos agarradas al volante “como si me fuera la vida en ello”.
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El curso, de cinco horas, se ha convertido en la mejor terapia para esta psicóloga salmantina que ha comprobado que su caso es habitual. “Ves que no estás sola, ha sido una herramienta muy importante para enfrentarme a coger un coche. Te da un empoderamiento muy grande”, recuerda, al mismo tiempo que tiene claro que le ha servido para darse cuenta de que lleva “un arma entre mis manos. Ojalá todo el mundo pensara igual”.
Ahora ha conseguido conducir sin tener “imágenes de que voy a tener un accidente”, se sincera, y agradece a Stop Accidentes y una de sus compañeras del 112 que le invitaran a participar en estos cursos y recuerda que conoce a muchas personas que por esta fobia no pueden conducir “nada de nada”. Este curso también le ha servido para ser más prudente al volante y conocer las normas de circulación. “Son cosas que si no tienes amaxofobia no te paras a pensar”, apunta.
Perfil de la fobia
Blasco cumple con el perfil de esta fobia, ya que la mayoría de los conductores afectados son mujeres mayores de 40 años que han sufrido o presenciado un accidente de tráfico grave o que directamente actúan con inseguridad por la falta de control, o porque sufren estrés al ponerse al volante, o simplemente al pensar en ello.
El primer paso para lograr superarlo es reconociendo que se padece ese miedo y a continuación ponerse en manos de expertos que puedan ofrecer todas las herramientas necesarias para superarlo.