La retirada de Los Chichos, uno de los grupos de música más conocidos de todos los tiempos, sigue estando en boca de una buena parte de la sociedad. La recientemente anunciada noticia de que este 2024 se van a adentrar en una gira de despedida, tras la cual pondrán fin a 50 años de una intachable trayectoria musical, ha caído como un jarro de agua fría para sus fieles seguidores, quienes, entristecidos por este adiós inesperado, sienten el consuelo de que podrán verles sobre el escenario, al menos una vez más.
Con el anuncio de su retirada "definitiva", a muchos también se les ha venido a la cabeza la figura de El Jero, también conocido como Jeros. En definitiva, el artista vallisoletano que fue compositor y vocalista del trío rumbero desde sus orígenes en 1973 hasta 1990, cuando, por problemas internos con el grupo, decidió separarse e iniciar una corta, pero exitosa andadura en solitario que tuvo el peor de los finales.
La razón no es otra que el hecho de que él fue el creador de las canciones más míticas de la considerada como una banda icónica y referente de la rumba española. Juan Antonio Jiménez Muñoz, nacido en el barrio vallisoletano de La Victoria un 29 de marzo de 1951 y comúnmente conocido como Jero o 'el del medio de Los Chichos', es el artífice de más de una decena de discos de Los Chichos, así como de algunos de los mayores éxitos musicales de la historia de España, como 'Son ilusiones', 'Ni más, ni menos', 'Bailarás con alegría', 'Quiero ser libre', 'Amor de compraventa' e incluso la banda sonora de la película 'Yo, el Vaquilla'.
Además, ha llegado a componer para el cantaor de flamenco El Kalifa, Las Grecas, Bambino, Los Chorbos, Morena y Clara o Aurora Losada; y a trabajar con grandes de la música española como Joaquín Sabina o Antonio Carmona. Vendió más de 15 millones de discos y, por si esto fuera poco, fue pionero en el tratamiento de temas que, por aquel entonces, eran intocables dentro del mundo de la música.
El fallecimiento de su padre a finales de la década de los 50, cuando él tenía siete años, motivó que el compositor se trasladase a Madrid junto a su madre y sus hermanos. Allí, se dedicaba a la venta ambulante de ropa y ajos, de ahí su apodo, Jero de ajero; y a disfrutar de su hobbie, la poesía, en sus tiempos libres. Su vida era la propia de una familia sin muchos recursos. Apenas asistía a clase y no sabía mucho más que leer y escribir.
Su futuro profesional no pintaba del todo bien. Sin embargo, todo cambió en 1973, cuando El Jero, con 21 años, se unió a dos compañeros y hermanos llamados Emilio y Julio González para crear el grupo Los Chichos.
Su primer sencillo 'Quiero ser libre' ya pegó fuerte. Lo que ninguno de ellos esperaba es que ese sería el inicio de una admirada y envidiada carrera musical y de su correspondiente salto al estrellato, siendo a finales de los 70 y principios de los 80 cuando el grupo se situó en el apogeo de la música española.
Contra todo pronóstico, en 1990 Jero decidió separarse del grupo y seguir su carrera musical en solitario. Fue en esta etapa cuando el célebre compositor lanzó dos discos más, llegando a colaborar por primera vez con su hijo, el músico Julio Jiménez Borja, también conocido por ser el marido de La Niña Pastori.
Los siguientes años fueron tiempos decadencia para el que todavía seguía siendo denominado 'el del medio de Los Chichos'. La separación del grupo y el fallecimiento de dos de sus hermanos a edades tempranas acarrearon al artista importantes problemas personales que debilitaron su estado de salud. Se hablaba de depresión y de adicción a las drogas.
Por aquel entonces, se sabía que el vallisoletano no estaba bien del todo, pero lo que nadie esperaba es que el 22 de octubre de 1995, a sus 44 años, Jero decidiría acabar con su vida al precipitarse al vacío por la terraza de su casa, entonces ubicada en El Pozo del Tío Raimundo, en el barrio madrileño de Vallecas. Ya lo había intentado la semana anterior, pero finalmente, le salvaron.
Los homenajes que ha recibido desde entonces no son pocos, pero ahora, con el anuncio de la retirada de Los Chichos, el legado y el recuerdo de Juan Antonio, ha regresado, con más fuerza de lo habitual, a la memoria de muchos españoles que todavía siguen alabando sus canciones, su talento a la hora de componer y, cómo no, su inconfundible voz.