A medida que los Vehículos de Movilidad Personal (patinetes eléctricos) se consolidan como una alternativa de movilidad sostenible, también en Castilla y León, surge la necesidad de equilibrar la balanza entre la innovación tecnológica y el respeto por las normas de convivencia y seguridad vial. La adaptación a esta nueva forma de desplazamiento no está exenta de desafíos, especialmente cuando se observan prácticas que ponen en riesgo tanto a usuarios como a peatones.
Uno de los aspectos más polémicos es el uso compartido de estos vehículos. Ver a dos o más personas en un a bordo de un vehículo de movilidad personal (VMP) no sólo es peligroso por la falta de estabilidad, sino que también es sancionable. Esta práctica, junto con la circulación por aceras y el incumplimiento de las señales de tráfico, encabeza la lista de infracciones más frecuentes.
Como su propia definición indica, debemos recordar que los coloquialmente denominados “patinetes eléctricos” son vehículos, y por tanto debe hacerse uso de ellos cumpliendo y respetando las mismas normas que el resto de vehículos. Las sanciones por comportamientos inadecuados pueden ser severas, en línea con las regulaciones de la DGT. Por ejemplo, llevar a un pasajero en un patinete puede resultar en multas de hasta 200 euros. Circular por aceras y zonas peatonales está igualmente penalizado, con sanciones que alcanzan el mismo importe, especialmente si se pone en riesgo la integridad física de los peatones.
Entre las recomendaciones para un uso correcto del VMP, destacan la conducción individual, el respeto por las normas de tráfico como los semáforos y límites de velocidad, y el estacionamiento adecuado en lugares que no obstaculicen el paso de peatones ni el acceso a propiedades. Además, se recuerda la importancia del uso de casco, la obligatoriedad del uso de alumbrado en condiciones de baja visibilidad o durante la noche, recomendándose la utilización de elementos reflectantes para aumentar la visibilidad y seguridad.
La ciudadanía de Castilla y León muestra una actitud mayoritariamente positiva ante la integración de estos vehículos en la movilidad urbana, aunque también expresa la necesidad de una mayor educación vial y civismo. "Es una forma práctica y ecológica de moverse, pero es fundamental que todos pongamos de nuestra parte para garantizar el bienestar común", comenta un usuario habitual de patinete eléctrico.
Es evidente que el futuro de la movilidad urbana incluye a los vehículos de movilidad personal, pero su éxito y su capacidad para enriquecer el tejido social y ambiental de nuestras calles dependerán de cómo cada uno de nosotros asuma su parte de responsabilidad.