Las bicicletas son para el verano. Así rezaba el título de la película de Jaime Chávarri en 1984… pero no es una afirmación con la que está de acuerdo todo el mundo. Hay quienes tienen una filosofía más aventurera y utilizan este medio de transporte durante todas las estaciones del año y, por encima de todo, para disfrutar de sus vacaciones.

El espíritu nómada se mete en el cuerpo de este tipo de personas que se echan la bicicleta a su espalda -figuradamente hablando-, dispuestas a recorrer el mundo. Carretera y manta, que dice el refrán. Mayte Díez es una de esas amantes de las dos ruedas, cuyas vacaciones desde hace más de seis años, tiene una tónica común: ropa deportiva, casco y una bicicleta.

Su primera experiencia en el mundo del cicloturismo fue realizando el Camino de Santiago con transporte de maletas y con hoteles y, desde ese momento, empezó a hacer “más y más rutas”.

Mayte subida a su bicicleta de gravel

Descubrió entonces una nueva forma de viajar, estando en pleno contacto con la naturaleza y disfrutando de la gastronomía. La primera parada en esa forma de vivir las vacaciones fue en la Montaña Palentina porque, asegura, que es una apasionada de la montaña. “Es un sitio precioso por descubrir, al igual que otros tantos en nuestra región y que tenemos tan cerca”, afirma con una sonrisa en la cara a El Español Noticias Castilla y León.

De eso ya han pasado seis años y Mayte no se imagina unas vacaciones “sin mi bicicleta y en contacto con la naturaleza”, porque es lo que más le relaja, el huir de la masificación y salirse de los circuitos turísticos estándar, ya que, según ella, puedes ir por lugares donde no llegan coches ni autocares llenos de excursionistas. “Ves lo mismo, pero explorando otros lugares: descubres algo que del modo usual de viajar no lo encuentras”.

Esta amante del ciclismo desde pequeña está “enganchada” a esta forma de vida, ya sea realizando una ruta costera por Asturias o de interior por los pueblos blancos andaluces. Y eso que empezó en el indoor, aunque una vez que probó la bicicleta en el exterior, no ha podido parar.

Organización

Su próximo destino será Gran Canaria este verano, para subir el Teide, aunque asegura que tiene marcados en su agenda varios lugares como hacer el Danubio entero. Para este tipo de viajes, afirma, lo más complejo “es la logística, porque no todo el mundo hace bikepacking, y tienes que pensar en qué rutas vas a hacer, dónde quieres realizar las paradas y tener en cuenta que si vas en una autocaravana, los circuitos que hagas tienen que ser circulares y lo tienes que llevar todo metido en el GPS”.

Lo mejor de esa forma de viajar para Mayte se encuentra en los caminos, “todo el patrimonio que te encuentras por los rincones más insospechados, y también el intercambio de experiencias entre los demás ciclistas que te cruzas y con los lugareños”

Aunque uno de los inconvenientes que ve ella es el económico, ya que “es más caro que tirarte quince días en un apartamento, ya que como estás todo el día moviéndote, los gastos suben también, además de lo que supone llevar tu propia bicicleta o alquilar una, aunque es una experiencia única que recomiendo a todo el mundo”.

Y es que a esta aficionada al cicloturismo se le ilumina la cara al recordar todos sus viajes y, por ese motivo, anima que la gente no tenga miedo de subirse a la bicicleta, tenga el nivel que tenga, porque existen rutas para todos. Rutas como las de Picos de Europa, el Pirineo Aragonés o la zona de León, que cuenta con cinco reservas de la biosfera y dos parques naturales en una de sus rutas.

En ese ánimo de llevar su pasión a todo el mundo, se ha unido al proyecto de ciclismo femenino ‘Women on Bike’, de la Federación Española, para que descubran una forma de salir arropadas, afirma, y para que las mujeres se atrevan a salir a la carretera y que no salgan solas.