Castilla y León es la opción preferida para hacer turismo rural. Así lo ha vuelto a reflejar la encuesta de ocupación en alojamientos turísticos extrahoteleros, publicada hoy el Instituto Nacional de Estadística. Durante el pasado mes de junio volvió a liderar el número de visitas al registrar 72.817 viajeros, superando a las Islas Baleares, que se sitúan en el segundo lugar con 66.758. Lejos, en la tercera posición, se sitúa Cataluña con 51.816 personas que eligieron su tierra.

Esta cifra también desata una ola de optimismo ya que supone un incremento del 0,76% en la tasa interanual, por debajo del 4,54 por ciento de subida registrado en el conjunto de España, donde el volumen de viajeros alcanzó los 456.854. De los visitantes que llegaron a Castilla y León, 63.119 eran residentes en España (el 86,7%) y el resto (9.699), arribaron procedentes del extranjero.

En cuanto a las pernoctaciones, Castilla y León anotó 149.528 a lo largo de junio, segunda en la clasificación nacional solo por debajo de los registros de Baleares (225.920), y un 3,4 por ciento por encima de las pernoctaciones del pasado año (144.622), si bien esa cifra se sitúa 2,2 puntos por debajo de la evolución nacional, que alcanzó el 5,6 por ciento, hasta las 1.118.696 pernoctaciones. El 87,6 por ciento de las noches contabilizadas en la Comunidad fueron protagonizadas por turistas españoles (130.975), y el resto, por extranjeros.

En Castilla y León la estancia media en alojamientos de turismo rural fue de 2,05 días, por debajo de los 2,45 registrados en el conjunto de España, y a lo largo del mes de junio permanecieron abiertos 3.493 establecimientos (un 1 por ciento menos que un año antes) que ofertaban un total de 32.825 plazas (por encima de las 32.546 de 2023), y empleaban a 5.488 personas (frente a las 5.171 del año precedente). La ocupación media por plaza fue del 15,17 por ciento, porcentaje que los fines de semana se incrementó al 31,87 por ciento, mientras que la media nacional se situó en 21,05 y 35,43 por ciento respectivamente.