Qué fue de Carmelo Gómez, el actor leonés que arrasó en los 90 y rompió con el cine de forma repentina

Fue uno de los actores más aclamados y premiados de los años 90, ha participado en casi 40 películas, varias series de televisión y otras tantas obras de teatro. 

También puede presumir de haber trabajado con grandes cineastas y directores, e importantes actores de la talla de Fernando Méndez-Leite, Aitana Sánchez-Gijón, Emma Suárez, Pilar Miró, Imanol Uribe, Victoria Abril y Javier Bardem, Maribel Verdú, Hugo Silva, Clara Lago, Juan Diego Botto y Silvia Marty, entre otros. 

Ha estado cuatro veces nominado a un Premio Goya, de las cuales en dos se ha proclamado ganador, en las categorías de Mejor interpretación masculina protagonista y Mejor interpretación masculina de reparto por Días contados y El método, respectivamente. 

A ello se suman, además, otros e importantes reconocimientos entre los que destacan un Premio Ondas, otros dos de la Unión de Actores, siete Fotogramas de Plata, un Premio SGAE de cine y dos nominaciones a los Premios Max de las Artes Escénicas. 

Sin embargo, hace tiempo que se le ha dejado de ver tanto en el cine como en la televisión. Entonces, ¿qué ha sido del actor leonés Carmelo Gómez? 

Carmelo Gómez en una obra de teatro

Nacido en el municipio leonés de Sahagún un 2 de enero de 1962, Carmelo creció en la provincia de León hasta que, llegada una edad y con suficientes ahorros conseguidos durante varios años de trabajo en el campo con su padre, con 23 años decidió mudarse a Salamanca para probar suerte en el teatro. 

La Regenta, la cual interpretó con el grupo Garuga, dirigido por José Antonio Sayagués, fue su obra más importante de aquella época.  

Una vez tuvo claro su deseo de dedicarse de por vida a la interpretación, Carmelo hizo las maletas y puso rumbo a Madrid para estudiar en la Escuela de Arte Dramático y en la Compañía Nacional de Teatro Clásico, lo cual le permitió realizar sus primeros pinitos en la gran pantalla.

Lo hizo de la mano de títulos de gran éxito como El viaje a ninguna parte, de Fernando Fernán Gómez, o Bajarse al moro, de Fernando Colomo, además de seguir desarrollando su carrera interpretativa en el teatro con La malquerida o El sueño de una noche de verano. 

Una vez llegados los años 90, Carmelo dio con Julio Médem, siendo este quien le brindó la oportunidad de hacerse un nombre en la industria cinematográfica con películas como Vacas, La ardilla roja y Tierra, entre otras. 

Así, tan solo tuvo que esperar dos años más para presenciar su salto definitivo a la fama. Canción de cuna, de José Luis Garci, Días Contados, de Imanol Uribe, y El detective y la muerte, de Gonzalo Suárez, fueron los proyectos que terminaron de consolidar su carrera interpretativa y, con ello, los que le consagraron como uno de los actores de referencia de la época. 

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Del mismo modo, estos le valieron de grandes e importantes reconocimientos como el Premio Ondas, tres Fotogramas de Plata, el Premio Goya a la mejor interpretación masculina protagonista y un galardón de la Unión de Actores.

También un papel en La Regenta, una serie de televisión dirigida por Méndez-Leite, inspirada en la obra de Alas Clarín y protagonizada por Aitana Sánchez-Gijón. 

Y todo ello, en menos de 12 meses, y compaginándolo, además, con diferentes obras de teatro como El caballero de Olmedo, A puerta cerrada o La gata sobre el tejado de zinc. 

Entonces corría el 1995 y Carmelo ya había dado la bienvenida a su hija Laura. Y es que, en su intento de priorizar su vida personal por encima de cualquier compromiso profesional, el actor tomó una importante decisión que, en cierto modo, afectó a su carrera. 

Redujo su participación en proyectos cinematográficos, televisivos y teatrales, pese a que en ningún momento lo dejó por completo, ni tampoco paró de ganar premios, gracias a sus grandes dotes interpretativas.

Sus siguientes trabajos fueron Tu nombre envenena mis sueños y El perro del hortelano, dos trabajos que le fueron recompensados con otros dos Fotogramas de Plata y otra nominación a los Goya; y Territorio comanche y Secretos del corazón, la cual obtuvo una candidatura al Óscar a la Mejor Película de Habla no Inglesa

Por su parte, el teatro había quedado en un discreto segundo plano, aunque de manera temporal. 

Carmelo Gómez impartiendo uno de sus cursos Carmelo Gómez

Con el cambio de década la aparición del leonés en la gran pantalla fue a menos, aunque sí siguió sumando éxitos, también impartiendo cursos de teatro e interpretación. 

Llegaron otras películas como Entre las piernas, la cual protagonizó con Victoria Abril y Javier Bardem; El Portero, con la que obtuvo su tercera nominación a un Goya; El viaje de Carol o Nos miran. 

También obras de teatro como La cena, con la que Carmelo fue nominado a los Premios Max y repitió candidatura en los Fotogramas de Plata y Unión de Actores, y cuya gira compaginó con la película El método, donde interpretó un papel breve, pero por el que la Academia de Cine le otorgó su segundo Goya. 

Tras ellas, grandes títulos cinematográficos como La noche de los girasoles, Oviedo express, La casa de mi padre, Baztan, Tiempo sin aire o La punta del iceberg; obras teatrales como Días de vino y rosas, y Elling; y la miniserie Vuelo IL 8714. 

Entonces corría el 2014 y Carmelo terminó tomando la difícil decisión de romper con el cine de manera repentina tras una larga temporada sin conseguir ni un solo proyecto, convencido de que esto ya no era lo suyo y de que ahí ya no estaba su sitio, y provocando así que muchos espectadores le perdiesen la pista.

Y es que desde entonces nada fue lo que se le pudo ver tanto en cine como en televisión, hasta después de la pandemia.  

Si bien, sí siguió ligado al teatro como obras como El alcalde de Zalamea; su proyecto personal, A vueltas con Lorca o Todas las noches de un día. 

En los últimos años, cuando menos se esperaba, Carmelo se ha reencontrado con el cine, a petición de amigos, por particularidades del papel y de manera ocasional, con Llegaron de noche y El olvido del mar, tras ocho años sin trabajar en ningún filme. 

Todo ello, sin dejar de lado el teatro, el género en el que triunfa actualmente y en el que, al parecer, quiere quedarse, pese a hacer pequeños trabajos puntuales para el sector audiovisual. 

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Las guerras de nuestros antepasados ha sido su último estreno sobre las tablas. Tuvo lugar en 2022 y hasta la fecha ha estado inmerso en su gira y también en la de Todas las noches de un día, que ha seguido interpretándose hasta hace bien poco, pese a haber pasado seis años de su lanzamiento. 

Ahora bien, cabe destacar que en los últimos meses ha sido otro el proyecto que le ha robado el tiempo al actor, dado que en él interpreta un papel protagonista. 

Se trata de La sombra de la tierra, una serie de Atresplayer basada en la novela homónima de Elvira Mínguez, que se estrenó hace apenas dos días, concretamente, el pasado domingo 24 de noviembre. 

Un proyecto muy atractivo de cuatro capítulos, que ha supuesto, a sus 62 años, el regreso de Carmelo a la pequeña pantalla 14 años después de su último trabajo, y con el que el actor leonés ha vuelto a colarse en un gran número de hogares españoles, en medio de pensamientos sobre una posible retirada, tal y como él mismo ha confesado en varias de sus últimas entrevistas. 

En cuanto a su vida personal, poco se sabe más allá de que tiene una hija, fruto de su matrimonio con la bailarina Esperanza de la Vega, de la que se separó años después de su nacimiento. 

También que el actor rehízo su vida, así como que mantiene una muy buena relación con su hermano, con el que, según ha revelado en alguna que otra ocasión, piensa irse a vivir a su tierra natal una vez le llegue la edad de jubilación. 

Y es que Carmelo Gómez siempre ha tratado de mantener su vida privada alejada del foco mediático, pese a haber sido uno de los actores más descatados del panorama interpretativo español. Algo que, contra todo pronóstico, hasta la fecha ha conseguido.