El osezno recuperado en la provincia de León evoluciona favorablemente y continúa su recuperación con el traslado a las instalaciones específicas de osos pardos en Villaescusa (Cantabria), según informa la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León.
El osezno ha permanecido unas semanas en el CRAS de Valladolid, donde ingresó hace un mes en estado crítico y donde ha sido atendido por los servicios veterinarios hasta que pudo caminar, correr y trepar, pasando de 3,800 a 8,950 kilogramos de peso. Ahora ha sido trasladado al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Villaescusa, donde pasará una segunda fase de recuperación entre uno y dos meses, esperando su evolución positiva, para posteriormente trasladarlo al espacio para aclimatación de osos pardos que la Junta de Castilla y León tiene en la finca Valsemana (León), donde permanecerá en condiciones de semilibertad antes de poder reintroducirlo con éxito en el medio natural.
Este osezno permanecía recuperándose en el Centro de Recuperación de Animales Silvestres de Valladolid desde el 21 de mayo, tras haber sido encontrado por un vecino en la localidad de Colinas del Campo de Martín Moro Toledano. En los primeros días de su llegada al CRAS se encontraba en estado crítico con pronóstico reservado, presentando estupor y reflejos disminuidos. Conforme pasaron los días, mostraba desde períodos de alerta ocasionales hasta encontrarse completamente atento con respuesta a estímulos ambientales que le rodeaban. Tras las primeras semanas de tratamiento comenzó a poder incorporarse sobre las extremidades posteriores, llegando a poder mantener el equilibrio en estación por cortos periodos de tiempo, hasta que finalmente ha conseguido caminar, correr y trepar, pasando de los 3,800 kg a los 8,950 kg.
En el centro de Villaescusa comenzará la segunda fase de la recuperación del ejemplar, con el objetivo de que pueda ser liberado con garantías en el medio natural, evitando el contacto con humanos en un ambiente controlado, realizando un seguimiento exhaustivo y que continúe su desarrollo de manera normal, en condiciones de mínima intervención humana.
Se estima que la permanencia en el centro en Villaescusa, dependiente del Gobierno de Cantabria, estará entre el mes y los dos meses, y cuando el osezno alcance un peso mínimo y una edad de entre 7 y 8 meses, y siempre y cuando la evolución sea favorable y el ejemplar apto para su reintroducción al medio natural, se le trasladará a las instalaciones para la aclimatación de osos pardos que tiene la Junta de Castilla y León en la finca de Valsemana, en la provincia de León, en condiciones de semilibertad, siguiendo las experiencias de las oseznas Saba y Éndriga, que fueron reintroducidas con éxito tras su paso por estas instalaciones.