Los procesos de certificación forestal han ido progresivamente incrementando su importancia en los últimos años. Tanto propietarios privados como públicos ven a través de estos mecanismos un reconocimiento al esfuerzo que realizan para asegurar la gestión forestal sostenible de sus masas. Este reconocimiento se lleva a cabo mediante una acreditación o sello que asegura que se desarrollan trabajos y aprovechamientos que mantienen las masas gestionadas según los estándares establecidos por las principales entidades certificadoras.
El sistema P.E.F.C. es el sistema de certificación más utilizado en el mundo y ha sido el elegido por la Mesa Intersectorial de la Madera (MIMCyL) para acreditar la gestión forestal de Castilla y León. El proceso de certificación por este sistema permite utilizar el certificado P.E.F.C. en la venta de los productos forestales, siendo reconocido y valorado en todo el mercado forestal mundial.
La Junta de Castilla y León certifica una parte muy grande de la superficie forestal que gestiona (cerca del 98 %) a través de la Mesa Intersectorial de la Madera, que es quien, a su vez, solicita a P.E.F.C. su certificación por este sistema.
En los últimos 5 años, la superficie que acredita la MIMCyL se ha incrementado en más de 75.000 hectáreas, rozando la cifra de las 800.000 hectáreas. De toda la superficie certificada, el 92 % se corresponde con terrenos con gestión pública con un total de 447 entidades asociadas, mientras que, en los propietarios particulares la cifra desciende hasta las 160 unidades de gestión, con una superficie media de 400 hectáreas (cuadro 1).
La provincia que en la actualidad tiene mayor superficie certificada de gestión pública es Burgos con algo más de 180.000 ha, seguida de Soria con aproximadamente 125.000 ha en total. Sin embargo, en cuanto a unidades de gestión privada la provincia de Salamanca supone la mayor representación con cerca de 17.000 ha certificadas (cuadro 2).
En cuanto a las principales formaciones forestales certificadas, los pinares suponen casi el 50 % con más de 400.000 hectáreas, mientras que los hayedos y robledales atlánticos aportan el 23 % de la superficie (cuadro 3).
Mención especial merecen las choperas, que con un total de 5.600 hectáreas certificadas se han posicionado en el mercado de la madera de chopo como un referente en cuanto a gestión forestal sostenible y aprovechamiento sostenible de los recursos naturales.
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