Las tormentas llevan desde el fin de semana asentadas en la Comunidad y, lejos de dar una tregua, continúan poniendo a Castilla y León en alerta. Los ciudadanos no se pueden desprender aún del paraguas y es que el mes de septiembre ha entrado con mucha fuerza y dejando cielos nubosos, grandes precipitaciones y una bajada de las temperaturas. 

Para este miércoles, 4 de septiembre, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) mantiene los avisos amarillos por fuertes tormentas en dos provincias. Concretamente, es el caso de Soria y puntos del Sistema Ibérico de Burgos, donde se podrían acumular precipitaciones de hasta quince litros por metro cuadrado en una hora.

En este sentido, cabe recordar que el delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Burgos, Roberto Sáiz, declaraba durante la tarde de ayer -sobre las 19:25 horas- la situación 1 de fase de emergencia en la provincia del Plan de Protección Civil por riesgo de inundaciones. 

Según informaban, ya se habían producido algunos episodios de fuertes trombas de agua en la provincia, como es el caso de Castrillo de la Vega, a unos 10 kilómetros de Aranda de Duero, con varias calles afectadas. Asimismo, estas lluvias han ocasionado el corte de la A-11 en el kilómetro 120 y la N-122 en el kilómetro 275.

En cuanto a las máximas, ya van descendiendo y provocan que a ciertas horas del día -especialmente madrugada y anochecer- se necesite una chaqueta. Zamora se mantendrá en unos 25 grados, Salamanca en 24 y León y Valladolid en 23, uno más que en Palencia y Segovia con 22.

Por otro lado, Ávila tendrá máximas de 21 grados y en Burgos serán de 20. La provincia que más notará el descenso de temperaturas será Soria, donde no superarán los 19 grados en este miércoles.