En las últimas horas se está haciendo viral en grupos de mensajería y redes sociales la notificación de declaración de alerta que ha lanzado la Agencia de Protección Civil y Emergencias de la Junta de Castilla y León, dirigida por Irene Cortés, dentro del Plan Territorial de Protección Civil de Castilla y León (Plancal).
Y la cosa no es para menos. Los ‘remanentes’ del potente huracán Kirk, que ha llegado a alcanzar categoría 4 con devastadores efectos en el Atlántico Central, ya ha encaminado sus pasos a Europa y entrará en España convertido en borrasca: traerá un temporal de lluvia, viento y oleaje.
Y Castilla y León es una de las afectadas: hay una alerta ante el riesgo de viento con rachas máximas que pueden alcanzar 100-120 kilómetros hora en todas las provincias de Castilla y León, con el consiguiente peligro que supone para las personas y los bienes materiales.
El miércoles es el día crítico, pudiendo registrarse valores en la intensidad del viento de hasta 120 kilómetros hora, según indica la alerta de Protección Civil.
Hay aviso naranja por viento y lluvias en Ávila, Burgos, León, Palencia, Segovia, Valladolid y Zamora, y amarillo en Salamanca y Soria.
También la Dirección General de Protección Civil y Emergencias del Ministerio del Interior alerta por la llegada del ciclón tropical, de acuerdo con las predicciones de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
Subraya que “el difícil pronóstico de los fenómenos tormentosos aconseja mantenerse informado en todo momento de la posible evolución de los cambios meteorológicos”.
En el conjunto de España, ocho comunidades autónomas cuentan con avisos por viento, vientos costeros y lluvias: Principado de Asturias, Islas Baleares, Cantabria, Castilla y León, Cataluña, Galicia, País Vasco y Andalucía.
La borrasca se desplazará rápidamente hacia el este, pasando por las proximidades del litoral gallego y del mar Cantábrico. Como consecuencia, habrá un temporal atlántico con rachas fuertes de viento en buena parte de la península.
El miércoles, día 9, el temporal irá extendiéndose al resto del Cantábrico. Las rachas fuertes de viento y las precipitaciones afectarán en mayor medida en el oeste de Galicia y el sistema Central occidental. A partir del jueves, se espera que la borrasca se aleje y que el viento disminuya al igual que las precipitaciones.
Riesgo para la vida
Según explica el portal meteorológico Meteored, las fuertes rachas de viento son un fenómeno que puede provocar múltiples daños en las infraestructuras y aumentan los riesgos en zonas de costa.
Para valorar su virulencia e intensidad, “los vientos se clasifican en moderados, con velocidades entre 21 y 40 km/h, fuertes con rachas entre 41 y 70 km/h), muy fuertes con una velocidad media entre 71 y 120 km/h y huracanados cuya impacto puede superar los vientos de más de 120 km/h”, tal y como detallan desde Protección Civil.
En la gran mayoría de los casos, las alertas de aviso suelen saltar a partir de las rachas a más 70 kilómetros por hora, entre vientos fuertes y muy fuertes, con nivel amarillo.
Con estos registros, las autoridades ya comunican los posibles riesgos como caídas de árboles, de elementos de los edificios señales y advertencias a los conductores. Todos ellos, unos vientos que pueden ocasionar daños en la vida de las personas.
A partir de esa velocidad, los avisos aumentan su nivel de alerta pasando por naranja, con rachas de viento de hasta 90 kilómetros por hora, y rojo, con vientos de más de 120 kilómetros hora.
Así, a medida que se incrementa la fuerza y velocidad de las rachas de viento, también se incrementa en el riesgo para las personas por lo que se deben extremar las precauciones.