Aboga no solo por cerrar aquellos que incumplan las medidas sanitarias sino atender a las trabajadoras a través de 'Atrapadas'
La consejera de Sanidad en Castilla y León, Verónica Casado, ha advertido este lunes de la dificultad que supone el control de la prostitución, actividad que entraña un grave riesgo actualmente de propagación de la COVID-19, debido a que la misma como tal no se encuentra reglada.
"El problema de los prostíbulos no es menor", ha insistido Casado en su comparecencia ante los medios para analizar la evolución de la situación epidemiológica en Castilla y León, acto en el que ha recordado que la mayoría de las licencias de estos centros abiertos al público están vinculadas a hostales, hoteles, bares u ocio nocturno.
En cualquiera de los casos, la apuesta de la Junta es "incrementar las inspecciones y sanciones en aquellos espacios donde no se estén cumplimiendo las medidas sanitarias impuestas por la COVID-19", y ello con independencia de que el Gobierno central acuerde regular o no este sector y la Administración regional actúe entonces en consecuencia.
Sin embargo, la consejera sanitaria, además del cierre o no de este tipo de locales que incumplan dichas medidas, ha puesto también el acento en la realidad que sufren las mujeres que trabajan en ellos y en la necesidad de ofrecerles una ayuda integral.
En este sentido, ha recordado que durante la pandemia la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades puso en marcha el programa 'Atrapadas', a partir del cual se intenta atender todas las necesidades de mujeres que son víctimas de contextos de prostitución y cuya situación se ha visto agravada por la presente pandemia.