El aumento de pruebas en Castilla y León ha venido con un crecimiento también de los positivos hasta más acusado, algo que ha situado a la comunidad en una con los peores registros en este sentido. En la anterior semana, según señalaba el Instituto Carlos III, la comunidad contaba con un porcentaje de positivos del 12% en función de las pruebas realizadas, 82 por cada 100.000 habitantes.
Esto ha llevado a Castilla y León a ser la tercera peor en este registro, solo por detrás de la Comunidad de Madrid y Aragón, que contaban con 15,5% y 12,5%, respectivamente, pero por encima de Cataluña, que apenas llega al 7,7%.
Este porcentaje, que de por sí ya implica más contagios, es peligroso al doblar lo que la Organización Mundial de la Salud marca como el límite del control de la pandemia, un 5%. El alto porcentaje implica que, pese a la gran cantidad de pruebas que se realizan, como ya ha anunciado en varias ocasiones el Gobierno regional a través de su vicepresidente, Francisco Igea, o la consejera de Sanidad, Verónica Casado, la gran cantidad de positivos es superior incluso al aumento de las pruebas realizadas.
No en vano, el 12,5% global, según los datos que aporta la Junta de Castilla y León, no lo supera ninguna provincia desde el inicio de la pandemia. Es Segovia la más alta con un porcentaje que casi llega al 10%, mientras que por debajo del límite del 5% solo estarían Zamora y Palencia.
Pese a este preocupante dato y que el mismo Gobierno regional ha mostrado recelo con los datos crecientes de contagios y hospitalizados y ha tomado medidas de aforo en numerosos lugares, el mensaje sigue siendo que no existe transmisión comunitaria y que, por tanto, más allá de Cantalejo y Carrascal del Río, en Segovia, no hacen falta medidas más estrictas como el confinamiento, aunque parcial, de más zonas de la comunidad.