La Gerencia Regional de Salud afrontará la segunda ola de coronavirus con una dotación de 227 camas UCI, que estará listas a finales de este mes, por encima de las 166 con que inició la pandemia y que "demostraron ni ser suficientes", "ni estar preparadas" para que conviviesen pacientes COVID y no COVID. Ahora, tras una inversión de 5,5 millones de euros, y con la experiencia de los últimos meses, planifica el futuro con n un nuevo enfoque que dé repuesta rápida a un posible "alud" de nuevos pacientes críticos, y que parte con el refuerzo de camas.
"La magnitud del rebrote, por el momento, es desconocida pero debemos intentar que su abordaje no condicione toda la actividad asistencial del resto del hospital. Para ello debemos dotar específicamente a cada Unidad de unas características propias, tanto en estructura como en equipamiento". Así lo explicó hoy la directora general de Infraestructuras y Tecnologías de la Información, María Ángeles Cisneros, en su comparecencia recogida por Ical ante la Comisión de Sanidad para informar sobre la actuaciones ante la crisis del COVID-19, donde precisó que si algo ha demostrado esta crisis ha sido una flexibilidad y una plasticidad fuera de lo imaginable en estos servicios.
Cisneros defendió la necesidad de actualizar los planes que se utilizaron en la primera ola, de modo que cada servicio cuente con protocolos definidos para estar preparados, porque los ingresos van a continuar. Por ello, dijo, es fundamental el refuerzo de estas unidades para que sean capaces de garantizar plenamente la seguridad de pacientes, también los no-COVID, y de sus profesionales, manteniendo dos circuitos diferenciados, e implementando áreas totalmente diferenciadas con recursos de intercambio y descontaminación interpuestos.
Estado de las obras
Por lo que respecta las actuaciones, la directora general explicó que las obras están prácticamente finalizadas, a falta de la nueva Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de León, que tendrá que esperar al próximo año, puesto que requiere de movimientos estructurales de espacios no compatibles en estos momentos. La idea es que se ubique en la planta primera, donde se encuentra el resto de unidades de críticos y los quirófanos, con una dotación de 14 camas.
En el caso del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid, con 21 puestos UCI, se ha optado por aumentar diez puestos, dada la necesidad de diferenciar dos UCIS y la oportunidad de crear un centro de bioseguridad, y en el Clínico se ha ampliado la unidad en la primera planta oeste, alcanzando los 19 puestos, lo que supone un aumento de ocho puestos; y se ha habilitado un segundo espacio, en la antigua REA, actualmente vacía, para diez puestos más.
En Ávila, la ampliación prevista de cuatro puestos pasó a seis, por la disponibilidad de espacios. Se ha actuado sobre una superficie aproximada de 273 metros cuadrados en una zona contigua a la UCI actual, de ocho puestos, del Hospital Nuestra Señora de Sonsoles, que ha permitido crear seis boxes cerrados, con lo que se dispondrá de 14 puestos.
En El Bierzo, se ha hecho una obra para ampliar hasta tres puestos. Las obras se han realizado en la UCI actual que se compone de nueve puestos. El área de actuación es de 385 metros cuadrados y corresponde a zonas de apoyo que se optimizan.
Mientras, en Palencia se trabaja en el propio espacio de la UCI actual de 16 puestos, reconfigurando la distribución para obtener cuatro puestos nuevos y contar con dos espacios para diferencias pacientes COVID y no COVID.
En Segovia, para conseguir seis nuevos puestos se ha intervenido en un espacio entre la actual UCI y el servicio de reanimación que son unidades contiguas, de tal manera que los nuevos puestos ocupan la actual sala de espera de UCI y reanimación, así como varios. Esta ubicación permite tener integrada la UCI COVDI con la UCI no COVID y, en su caso, alternar la misma en caso de haber más número de pacientes de un tipo que de otro.
En Soria, el planteamiento arquitectónico para la ampliación de cuatro puestos junto a la UCI actual ha sido ocupar el área administrativa de la unidad y se ha modificado asimismo el actual control central, mientras que en Zamora se ha habilitado la zona del antiguo hospital de día como UCI-B lo que ha supuesto una ampliación de cuatro puestos más llegando a un total de 15.
En Salamanca, con 28 camas de UCI, distribuidas en tres unidades y dos centros hospitalarios, se han habilitado seis nuevos puestos en el actual Complejo Asistencial con pequeñas actuaciones, y en Burgos se adaptan siete boxes de la URPA a boxes de UCI, para que la UCI definitiva disponga de una mayor capacidad, hasta las 23 camas de UCI.
Argumentos
Cisneros argumentó que para el aumento de camas UCI se tuvo en cuenta los planes de contingencia; la actividad asistencial de base; adecuación a los estándares marcados; estructura física de la unidad; dotación de la unidad renovando el equipamiento más antiguo; dotación en recursos humanos con planes de funcionamiento y formación; las propuestas del propio centro y de la unidad de cuidados intensivos, entre otras muchas.