El ministro de Sanidad, Salvador Illa ha confirmado este martes que el Gobierno está estudiando con todas las comunidades autónomas la fórmula del toque de queda, para evitar la propagación del coronavirus, aunque ha avisado de que esta medida requeriría la declaración de estado de alarma en los territorios afectados.
Sobre este supuesto, la consejera de Sanidad de la Junta de Castilla y León, Verónica Casado ha admitido que su Consejería "no descarta" tomar esta medida, pero sí matiza que "debe ser en todas las comunidades". Y es que, como ha remarcado Verónica Casado "el virus no entiende de fronteras y las atraviesa con una facilidad bastante pasmosa". Por ello, Castilla y León se mantiene abierta a apoyar esta medida restrictiva, pero remarca la necesidad de llevarla a cabo de manera conjunta. De hecho, la consejera de Sanidad no ha escondido su "preocupación" por la situación epidemiológica de otros territorios españoles.
Mientras el Gobierno Central ya avisa de que este toque de queda, requeriría del estado de alarma y por tanto debería ser aprobado con "la certeza" de que cuenta con suficiente apoyo de los grupos parlamentarios, Verónica Casado recuerda que, por el momento, "está circulando un borrador, en el que no hay grandes modificaciones, pero el definitivo no lo he visto ni sé cómo va a ser". La consejera explica que las comunidades autónomas "no tenemos que tardar en analizarlas", porque "todo lo que conlleve una limitación de derechos individuales importantes tienen que tener un entorno judicial muy seguro y definido".
Desde la Consejerería de Sanidad reclaman al Ministerio de Sanidad que el decreto conjunto ya estaba realizado desde el 30 de septiembre, pero "aún no tenemos medidas concretas". Casado incide en la necesidad de que sean "estrictas en todos los sitios y coordinadas", en relación a la actual disparidad de medidas que las comunidades autónomas están tomando en sus territorios.