En los últimos meses, la población ha tenido que conocer nuevos términos y cifras que han llenado las vidas de cada uno. Los contagios y la incidencia del coronavirus han llenado noticias desde hace ya nueve meses y a ello se ha sumado también el número reproductivo básico o, dicho de otro modo, la cantidad de personas que contagia ya un infectado.
Es importante que este número esté por debajo de uno, porque ello conllevaría que el ritmo exponencial que puede llegar a alcanzar el COVID se frenase y, por tanto, los contagios fueran bajando. Es decir, si una persona contagia a otros dos y así sucesivamente, la curva llegaría a una recta casi vertical mientras que si este está por debajo de uno, tendería a bajar.
En Castilla y León, tras las medidas tomadas a finales de octubre, se consiguió rebajar de 1,23, cuando amenazaba el confinamiento domiciliario, a un punto más bajo de 0,69, que se alcanzó a finales de noviembre. Tras ello, subidas y bajadas no preocupantes hasta el puente. El 8 de diciembre, de hecho, día festivo, se encontraba en 0,7.
Sin embargo, desde entonces se ha vuelto a dibujar una curva preocupante que en apenas una semana, ya que los datos consolidados llevan un cierto retraso, ha llegado al 1,13 el 15 de diciembre, con subidas en todas las provincias.
No en vano, todas se encuentran en uno o por encima, superando la media de la comunidad en cinco como León (1,33), Segovia (1,30), Salamanca (1,29), Zamora (1,18) y Ávila (1,14). Por debajo, por su parte, están Burgos (1,09), Soria (1,07), Valladolid (1,03) y Palencia (1).
Este, eso sí, es un número que fluctúa mucho y hay que esperar próximos días para conocer si va en aumento o es temporal. De hecho, en los dos últimos días los contagios parece que se han vuelto a estabilizar por lo que en tres o cuatro días se comprobará si se puede llegar a aguantar por debajo del uno con la medida vigente de las que se establecieron en octubre, el toque de queda, unido a las reuniones de seis personas.