La Junta de Castilla y León ya ha expresado en numerosas ocasiones su confianza en la estrategia de la detección precoz para atajar los contagios de COVID, y en concreto en los test de antígenos de segunda generación, con resultado en apenas treinta minutos. Gracias a los cribados masivos en distintos municipios y capitales de Castilla y León, en zonas donde la incidencia se dispara por encima de los 400 casos por cada 100.000 habitantes, han aflorado centenares de positivos asintomáticos que, de otra forma, no podrían ser detectados y, por tanto, continuar dispersando la enfermedad.

Cuando la incidencia se encuentran en los niveles más preocupantes de toda la pandemia en Castilla y León, la Junta despliega toda su artillería, y el presidente, Alfonso Fernández Mañueco, anuncia un fin de semana con una agenda plagada de cribados en numerosos municipios de la comunidad autónoma, con nada menos que 100.000 test de antígenos de segunda generación. "Seguimos apostando por la prevención y la anticipación", ha apuntado el presidente en su cuenta de la red social Twitter.

Los cribados masivos se desarrollan en estrecha colaboración de la Consejería de Sanidad con los ayuntamientos, la Agencia de Protección Civil, la Guardia Civil, la Policía Nacional y las policías locales, y efectivos e infraestructura del Ejército de Tierra.



Arenas de San Pedro y Arévalo en Ávila; en Burgos, en Miranda de Ebro; en León, en Valencia de Don Juan y Cubillos del Sil; en Salamanca, en Sancti Spiritus; en Segovia capital; en Valladolid, en la Universidad y en Laguna de Duero y Portillo, y en Zamora, en Monfarracinos.