Los podólogos de CyL reclaman su inclusión en la vacunación junto a otros profesionales sanitarios
El Colegio de Podólogos de Castilla y León reclama la vacunación de sus colegiados a la vez que otros profesionales sanitarios. El Colegio de Podólogos considera denigrante, y espera que sea un error, su exclusión del grupo 3B de la estrategia de vacunación COVID-19, en el que se ha incluido otros a fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales, personal de oficinas de farmacia, protésicos dentales, logopedas y personal de psicología clínica.
La Consejería de Sanidad ya solicitó al Colegio de Castilla y León un listado de colegiados que fue enviado el pasado 5 de enero y que fue ampliado el día 19 de enero con otro listado que incluía a otros profesionales que trabajan en consultas y clínicas podológicas. El Colegio participó el pasado 15 de enero en una reunión virtual con la Consejería y otros Colegios sanitarios en la que hubo ese compromiso de vacunar a los profesionales sanitarios sin hacer distinción entre el ejercicio público o privado y en la que se planteó que habría más reuniones según evolucionara la pandemia.
Sin embargo, desde entonces no se ha recibido más información y solo han sido vacunados algunos profesionales de la Podología que atienden a personas en residencias de mayores. Al Colegio le preocupa la última actualización de la estrategia, dada a conocer el pasado martes que excluye a los profesionales de la Podología de este grupo de profesionales sanitarios a los que se prevé vacunar con la vacuna AstraZeneca si cumplen el requisito de ser menores de 55 años. El Colegio de Podólogos considera denigrante esta exclusión y confía en que sea un error, ya que de lo contrario sería un flagrante incumplimiento de los compromisos de la Administración sanitaria. Algunas comunidades autónomas ya han iniciado la vacunación a los podólogos, como Murcia o Andalucía, o lo van a hacer de forma inmediata, como Madrid, Cataluña, Navarra o La Rioja.
Los podólogos son profesionales sanitarios tal como reconoce al Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias, considerados esenciales por el Gobierno desde la declaración del primer estado de alarma. Los podólogos tienen la misma titulación universitaria superior que otros profesionales sanitarios y, frente a lo que ocurre con otros de los profesionales que sí han sido incluidos, ejercen la profesión sin derivación de otros profesionales. Es decir, tienen plena capacidad diagnóstica, de tratamiento (incluso quirúrgico) y de prescripción de fármacos (competencia reservada a médicos, dentistas y podólogos).
Desde la declaración de la pandemia, como profesión sanitaria calificada como esencial porel Gobierno, las consultas y clínicas podológicas permanecieron abiertas para ayudar a paliar el colapso del Servicio Público de Salud. Esta apertura supuso asumir un alto coste debido a la drástica reducción de afluencia de pacientes a las consultas.
Se da la circunstancia, además, de que los profesionales de la Podología atienden en sus consultas a una población de riesgo, como personas mayores o pacientes con diabetes que son las que sufren más patologías y más graves de pie y tobillo y con tratamientos a menudo prolongados, con contacto y sin la distancia mínima en el gabinete podológico.
Esta exclusión es un mazazo para la profesión, excluida del Sistema Nacional de Salud, y sin el necesario reconocimiento a todos los niveles de que los podólogos son profesionales sanitarios y, por tanto, necesarios para el buen funcionamiento del sistema.
Los podólogos han demostrado su generosidad y disponibilidad desde la declaración del primer estado de alarma y el Colegio reclama la participación en todos los equipos de trabajo que se creen, incluidos los relacionados con la crisis sanitaria originada por el coronavirus.